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El álbum "Håb" de The Haiku Project, el proyecto liderado por Henrik Hytteballe, es una obra creada enteramente con instrumentación, en la que se entrelazan ambientes electrónicos y elementos orgánicos como piano, guitarra y cello. El término Håb significa “esperanza” en danés, una palabra que resume el espíritu del disco, inspirado además en el filósofo Ettore Coccia y en el sociólogo Hartmut Rosa, lo cual se refleja en la búsqueda de resonancia entre el ser humano, la naturaleza y el mundo que lo rodea. A lo largo de los once tracks, se despliega una paleta sonora que va desde la calma meditativa al dramatismo atmosférico. En su conjunto, "Håb" es música para la reflexión, para reencontrarse uno mismo cargado de esperanza.
The Haiku Project - Håb (2025)
01. Flourishing
02. Serenity
03. Night Watch
04. Vesuvio
05. Toy
06. Dew
07. Swimming In The Sky
08. Esperanza
09. Beekeepers Son
10. Circulation
Duración total: 47:55 min.
01. Flourishing
02. Serenity
03. Night Watch
04. Vesuvio
05. Toy
06. Dew
07. Swimming In The Sky
08. Esperanza
09. Beekeepers Son
10. Circulation
Duración total: 47:55 min.
🌄 "Entre montañas y viento: fidelidad al propósito"
ResponderEliminarUna reflexión desde Aluminé
Por un viajero del alma
“La felicidad es fruto de la fidelidad a un propósito noble.”
— Helen Keller
En las mañanas silenciosas de Aluminé, cuando el sol apenas roza la cima de los cerros y el río murmura verdades que solo el alma puede entender, uno recuerda que no todo está dicho en palabras. Aquí, donde el viento sabe los nombres antiguos de las piedras, el tiempo camina lento y profundo, como quien busca sentido más que destino.
Vivimos rodeados de lo invisible. En cada sendero entre los pehuenes centenarios, en el aroma que deja el fuego del piñón asado, en las danzas que aún se sueñan en la memoria mapuche... habita algo que no se ve, pero se siente: un propósito ancestral.
Hay días en que me siento parte de ese misterio. Días en que mis pasos no buscan llegar, sino pertenecer. Comprendí que en Aluminé no se avanza en línea recta: se serpentea, se sube, se cae, se escucha. Y es precisamente en esa escucha donde descubrí la frase que ahora se ha vuelto brújula: la felicidad no se alcanza, se siembra en la fidelidad a un propósito noble.
Pero, ¿qué es un propósito noble? Aquí, entre los reflejos del lago Ruca Choroy y las estrellas que parecen acercarse en invierno, aprendí que no tiene que ver con grandezas. No es salvar el mundo, sino no traicionar tu mundo interior. Es sembrar ternura donde antes hubo juicio. Es levantar la mirada y ver en los ojos del otro —humano o montaña— un reflejo de ti.
Un anciano lonko una vez me dijo, mientras compartíamos un mate junto al fuego:
"El camino verdadero no lo ves con los ojos, lo ves cuando tu espíritu camina contigo."
Me quedé pensando en eso muchos inviernos. Porque cuántas veces nuestro espíritu se queda atrás, mientras nosotros corremos tras lo que no nos pertenece.
Vivir en Aluminé me enseñó a caminar más despacio. A preguntarme, cada amanecer, si aún soy fiel a lo que alguna vez soñé. Porque hay una traición más dura que la de los demás: la traición al propio propósito. Esa que te quiebra por dentro aunque todo afuera parezca en orden.
Y sin embargo, cuando eres fiel, cuando a pesar del cansancio eliges el sendero que tu alma reconoce como suyo, entonces sucede algo inexplicable. No felicidad como euforia, sino como un fuego calmo. Como ese calor suave que deja el sol del atardecer en la piedra fría. Algo que permanece. Que no se va aunque el mundo ruja.
En la fidelidad a lo verdadero está el milagro.
Aunque no siempre tenga nombre. Aunque parezca poca cosa. Aunque nadie lo aplauda.
Aluminé me enseñó que el espíritu no grita: susurra. Y solo el que camina con silencio lo escucha.
Hoy te invito a detenerte.
Pregúntate: ¿estoy siendo fiel a lo que vine a ser?
Porque tal vez la felicidad no se encuentra allá afuera, sino en ese pequeño acto cotidiano en el que decides no traicionarte.
Tal vez, solo tal vez... ya estás en el camino.
🌌 MusiK EnigmatiK – Donde el alma viaja más allá del crepúsculo.
¿Y vos, ya escuchaste el susurro de tu propósito?