“When Shadows Talk”, de Fiona Joy Hawkins, es una colección introspectiva de doce piezas para piano solo que combinan la sensibilidad neoclásica y new age para explorar estados internos del ser. El disco fue concebido durante un periodo de aislamiento autoimpuesto, lo que le permitió a Hawkins indagar en aquello que suele quedar debajo de la superficie, lo ignorado o suprimido en lo personal y en lo comunitario. El instrumento elegido es un piano de cola Stuart & Sons de 97 teclas hecho a mano, cuya amplitud tonal y calidad sonora aportan una riqueza poco habitual al registro del álbum. En suma, “When Shadows Talk” es un viaje sonoro hacia los rincones íntimos del alma, ideal para quien busca música que no solo suene, sino que también invite a detenerse, escuchar y pensar.
Fiona Joy Hawkins - When Shadows Talk (2025)
01. Stasis
02. The Ghosts of War Are Marching
03. Lava and Snow
04. Angel's Message
05. The Lost Ballerina (Solo Piano)
06. In the Deep
07. Outside the Circle
08. Finding the Clearing
09. The Mirror
10. The Journey (Solo Piano)
11. Hitting the Glass
12. The Brown Bird
Duración total: 44:02 min.
01. Stasis
02. The Ghosts of War Are Marching
03. Lava and Snow
04. Angel's Message
05. The Lost Ballerina (Solo Piano)
06. In the Deep
07. Outside the Circle
08. Finding the Clearing
09. The Mirror
10. The Journey (Solo Piano)
11. Hitting the Glass
12. The Brown Bird
Duración total: 44:02 min.
🌌 La huella invisible del viento
ResponderEliminarPor un alma caminante desde Aluminé
Hay días en que el lago Ruca Choroy refleja el cielo con tanta nitidez, que uno se pregunta si no será el cielo mismo el que se ha inclinado a descansar en sus aguas. Aquí, en Aluminé, donde el viento no se oye, sino que se siente, y donde los árboles no solo crujen, sino que hablan, he aprendido algo que las ciudades suelen olvidar: los sueños no se corren detrás del éxito, sino hacia el misterio.
Esta mañana, mientras caminaba por un sendero escondido entre ñires y lengas, recordé una frase que alguna vez leí bajo la luz temblorosa de una vela:
“Si avanzas confiadamente en la dirección de tus sueños, y te esfuerzas por vivir la vida que has imaginado, te encontrarás con un éxito inesperado en algún momento.”
— Henry David Thoreau
Pero, ¿qué significa avanzar “confiadamente”? ¿Y qué es ese “éxito inesperado”?
En este rincón del mundo, donde el alma parece flotar entre nubes y cerros, aprendí que la confianza no es arrogancia, ni la fe una certidumbre. Confiar es dar el paso aún con miedo. Es sembrar sin saber si lloverá. Es dejar el fuego encendido aunque no sepas cuándo volverás. La confianza verdadera no exige garantías, sólo escucha la voz profunda que te susurra en lo más callado: sigue....
Y así, paso a paso, uno se convierte en caminante. No por tener un destino claro, sino porque hay algo dentro que arde más que el miedo a perderse. Eso también lo enseñan los bosques: perderse es, a veces, el modo más directo de encontrarse.
Yo soñaba con una vida simple, conectada con la tierra y los sonidos invisibles del universo. Soñaba con escribir, con sanar, con escuchar el susurro del espíritu entre los juncos. Lo imaginaba en madrugadas solitarias, mientras en Buenos Aires los semáforos no dejaban de cambiar de color aunque nadie los mirara. No sabía cómo lo lograría, ni cuándo. Solo supe que tenía que moverme en esa dirección… aunque fuera en silencio.
Y un día, sin anunciarse, el éxito llegó. Pero no fue en forma de fama, ni de dinero, ni siquiera de reconocimiento. Fue más sutil, más enigmático: fue la profunda certeza de estar donde debo estar. Fue la paz que uno siente cuando ya no quiere escapar de sí mismo. Fue la mañana en que vi un zorro cruzar mi camino y no tuve miedo, sino gratitud.
El éxito inesperado no es otra cosa que la coincidencia perfecta entre lo que soñaste y lo que la vida —misteriosa, imprevisible, mágica— te entregó en su forma más pura. A veces se parece al eco de un viento suave; otras, a una canción que no habías oído pero que te resulta familiar.
Amigo lector, no importa si tu camino es largo o si apenas estás despertando de la niebla. Avanza. Camina. Arrástrate si es necesario. Pero no traiciones al fuego sagrado que arde en tu interior.
Recuerda: la vida que has imaginado existe. No está allá afuera, está en el acto mismo de buscarla. Está en cada paso que das con el alma, no con los pies.
Y cuando menos lo esperes, en un cruce de caminos, entre un sueño y otro, el universo se inclinará —como el cielo sobre el lago— y te revelará que siempre estuvo contigo.
Porque el verdadero viaje... es hacia adentro.