El single “Awakened Dreams” del guitarrista y compositor Shambhu es una pieza instrumental que combina la calidez acústica con una atmósfera de profunda serenidad. A través de melodías suaves y acordes envolventes, la obra invita al oyente a un estado de introspección y esperanza, evocando la sensación de un despertar espiritual. Grabada y masterizada en Dolby Atmos, la producción resalta la pureza y la resonancia de la guitarra, creando una experiencia sonora inmersiva y luminosa. Con su característico estilo que fusiona jazz contemporáneo, new age y world music, Shambhu transmite un mensaje de renovación interior y conexión con la belleza del momento presente, consolidando “Awakened Dreams” como un himno meditativo de calma y gratitud.
Shambhu - Awakened Dreams (Single) (2025)
01. Awakened Dreams
Duración total: 02:59 min.
01. Awakened Dreams
Duración total: 02:59 min.
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"El primer amanecer del alma"
ResponderEliminarEl alba despierta sobre los cerros de Aluminé con una suavidad que parece venir de otro tiempo. El aire es puro, casi sagrado, y el río canta su oración de agua clara. Los pájaros comienzan su sinfonía como si supieran que en cada trino hay un mensaje oculto para quien sabe escuchar. Me detengo a respirar. El frío acaricia mi rostro y me recuerda que sigo aquí, en este instante exacto donde la vida se renueva, donde hoy se convierte en una promesa.
“Hoy es el primer día del resto de tu vida”.
Una frase tan simple, tan humana, pero en este rincón del mundo adquiere otra dimensión. Aquí, donde los pinos susurran historias antiguas y las montañas se visten de niebla, uno comprende que cada amanecer no solo renueva la luz del cielo, sino también la del alma.
Camino por la orilla del río Aluminé, observando cómo el agua avanza sin mirar atrás. Cada corriente deja atrás la piedra que rozó y continúa hacia su destino. Así debería ser nuestra vida: una sucesión de desprendimientos conscientes, un fluir constante hacia lo desconocido, sin miedo, sin resistencia. Aprendí que no se trata de borrar el pasado, sino de mirarlo con gratitud y seguir caminando.
En la cultura mapuche, tan presente en estas tierras, se dice que el püllü —el espíritu— viaja con nosotros, aprendiendo, creciendo, transformándose. Nada se pierde en vano. Cada error, cada lágrima, cada silencio tiene su eco en el alma que busca despertar. En esa sabiduría ancestral encuentro una verdad que me sostiene: no hay finales, solo comienzos que se disimulan entre las sombras.
A veces, cuando la vida se vuelve un laberinto de dudas y heridas, me refugio en la montaña. Allí, el viento me habla sin palabras. Me enseña que incluso el árbol caído sigue cumpliendo su propósito: se convierte en abrigo, en tierra fértil, en canto de leña. Tal vez así también nosotros debemos aprender a ser, a dejar que lo que muere en nosotros dé vida a algo nuevo.
Cada amanecer en Aluminé me recuerda que el alma tiene sus estaciones. Hay inviernos largos, donde todo parece detenerse, y veranos de plenitud donde el corazón florece sin medida. Pero en ambos hay belleza, si sabemos mirar. Porque vivir es aceptar los ritmos del espíritu, es bailar con el tiempo sin aferrarse a sus pasos.
Entonces repito, casi como una plegaria:
Hoy es el primer día del resto de mi vida.
Lo digo mientras el sol se asoma detrás de los cerros, tiñendo de oro los coirones y las aguas del río. Lo digo con la certeza de que no importa lo que dejé atrás, ni lo que aún no alcanzo a ver. Lo que importa es este instante, este pulso de eternidad que late bajo mi piel.
Si estás leyendo esto, quizás también tú necesites recordarlo.
No importa dónde estés ni cuán lejos te sientas de ti mismo. Basta con abrir los ojos al amanecer, respirar profundo y decidir —solo por hoy— vivir con el alma despierta. Porque cada día, incluso el más pequeño, puede ser el punto de partida hacia tu propio renacer.
Y así, mientras los pájaros siguen su canto y la luz se derrama sobre Aluminé, comprendo que el viaje espiritual no lleva a ningún lugar fuera de uno mismo. Es aquí, en el corazón, donde comienza todo. Donde el espíritu, silencioso y eterno, susurra:
"Levántate. Este es tu nuevo amanecer."