Lanzado en 2025, la última producción "Untethered Heart" de Peter Kater es una pieza brillante dentro de los géneros New Age e instrumental contemporáneo, que invita a los oyentes a un viaje emocional de liberación y transformación. Este álbum, que combina la distintiva calidez del piano de Kater con exuberantes arreglos orquestales, explora temas de soltar el pasado, abrazar la vulnerabilidad y encontrar la fuerza en la rendición. Cada una de sus siete pistas, ya sea un emotivo solo de piano o una pieza orquestada, contribuye a una narrativa cohesiva que busca evocar una profunda reflexión y crecimiento personal, consolidando su lugar como uno de los lanzamientos más poderosos y conmovedores en la extensa discografía del artista.
Peter Kater - Untethered Heart (2025)
01. Freed
02. Flight (Extended)
03. Spellbound
04. Spirit (Extended)
05. Hinterlight
06. Untethered Heart
07. Boundless
Duración total: 29:28 min.
01. Freed
02. Flight (Extended)
03. Spellbound
04. Spirit (Extended)
05. Hinterlight
06. Untethered Heart
07. Boundless
Duración total: 29:28 min.
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¡Maravilloso este Peter; como siempre! En su línea de composiciones de "piano & ensemble". No me canso de escuchar las composiciones de este hombre que nos acompaña desde principios de los '80 del siglo pasado (yo comencé a escucharle allá por 1988 en su disco de 1983, "Spirit. Solo piano"). Prolífico Peter, a mí los álbumes que más me gustan son los que comparte cartel con Carlos Nakai y Nawang Khechog, y con Dominic Miller, Joanne Shenandoah, Tina Guo, o con Peia Luzzi. Tiene la suficiente humildad para, cuando ya se ha logrado llegar al éxito más alto, seguir aprendiendo y compartiendo con otros artistas. Un hombre maravilloso, este Peter...
ResponderEliminarPor cierto, ¿Sabíais que Peter tiene la generosidad de compartir su nuevo álbum en MP3 en su página? (si bien está "sólo" a 192 kps, se oye suficientemente bien...) He aquí: https://www.peterkater.com/untetheredheart-full-album-download-1
Y excelente gusto, de nuevo, amigo Neto. Mis felicitaciones por tan acertada elección para este domingo de septiembre.
¡Querido Jose! Qué alegría leer tus comentarios siempre tan ricos en detalle y pasión musical. Coincido totalmente contigo: Peter es un alma grande, no solo por su música, sino por esa humildad que mencionas, que lo hace aún más admirable. Me encanta cómo describes su trayectoria y las colaboraciones que valoras —también me parecen de lo mejor de su catálogo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo desde este lado del océano y, como siempre, un placer compartir esta música contigo. ¡Seguimos sintonizados!
🌄 “El fuego interior que nos guía”
ResponderEliminarEn la quietud casi mística de Aluminé, Neuquén —donde el murmullo del río se entrelaza con el susurro del viento entre lengas y araucarias—, hay una verdad que se revela sin necesidad de palabras. Aquí, en el corazón de la Patagonia, el alma encuentra espacio para escucharse a sí misma. En este rincón del mundo, las enseñanzas milenarias de Buda resuenan con una claridad insospechada:
“Al igual que una vela no se puede quemar sin fuego, los hombres no pueden vivir sin una vida espiritual.”
¿Qué es ese fuego? ¿Dónde arde en medio de un mundo tan convulsionado?
Quizás no en la mente apresurada, ni en los logros visibles, sino en ese lugar profundo donde habita lo invisible: el espíritu.
En el viaje de transformación que propone Untethered Heart (2025), la última producción de Peter Kater, encontramos un reflejo musical de este fuego. Con su inconfundible calidez pianística y arreglos orquestales que se despliegan como alas de libertad, Kater no sólo compone música: invoca un rito de paso. Cada una de las siete piezas del álbum parece hablarnos desde ese fuego invisible que sostiene la llama del alma.
Soltar, rendirse, abrazar la vulnerabilidad... no son gestos de derrota, sino actos sagrados que nos reconectan con nuestra esencia más pura. En esa entrega, lejos de lo que el ego teme, hallamos poder. Tal como el fuego transforma la cera en luz, la música de Untethered Heart transforma el dolor en belleza, el recuerdo en comprensión, la sombra en camino.
Así como en Aluminé el horizonte se funde con el misterio de las montañas, cada nota del álbum nos invita a fundirnos con lo inabarcable. Es un recordatorio melódico de que la verdadera libertad no se encuentra en tener más, sino en dejar ir lo que ya no somos.
Escuchar este álbum no es solo oír música:
es encender una vela interior en medio de la vastedad del alma.
🔥 Que el fuego nunca te falte.
🎶 Que tu espíritu siempre encuentre melodía.
🌌 Que la música te lleve… más allá del crepúsculo.
Fuego Silencioso
ResponderEliminarReflexiones desde Aluminé
Hay noches aquí, en Aluminé, en las que el silencio pesa más que el viento. No es un silencio vacío, sino uno que parece cargar siglos de voces, de respiraciones antiguas que aún habitan los árboles, las piedras, los cauces secretos del agua.
Vivo en una pequeña cabaña de madera, donde el fuego es tanto calor como compañía. En las noches frías de otoño —que llegan temprano por estos lados—, me siento frente a la estufa y dejo que la llama me hable. Porque el fuego, cuando uno lo mira con los ojos del alma, no solo quema: revela.
La frase de Buda regresó a mí una de esas noches:
"Al igual que una vela no se puede quemar sin fuego, los hombres no pueden vivir sin una vida espiritual."
¿Y qué es el fuego, entonces? ¿Y qué es esa vida espiritual de la que habla?
No hablo de dogmas, ni de templos, ni de palabras aprendidas. Hablo de otra cosa. De un fuego que no quema madera, sino el miedo. Que no ilumina una habitación, sino el corazón. Ese fuego que a veces arde tan bajito que creemos que ha desaparecido… pero no. Solo espera a que dejemos de correr para mostrarse.
En estos parajes, donde el tiempo se mueve distinto, he aprendido que vivir sin una vida espiritual es como caminar sin sombra, como oír música sin sentirla. Es posible, sí… pero algo falta. Algo profundo. Algo que no se ve, pero cuya ausencia duele.
Durante años viví desconectado de ese fuego. Como una vela que se niega a encenderse por miedo a derretirse. Y sin embargo, ¿no es acaso el propósito de una vela ofrecer su luz aun sabiendo que eso la consumirá?
Así comencé a buscar el fuego dentro de mí. No en libros sagrados, sino en los atardeceres sobre el cerro Batea Mahuida, en el canto de los cauquenes, en el temblor que me recorre al escuchar una melodía que parece venir de otro mundo. Lo espiritual no está lejos. Está aquí. Respirando contigo. Esperando ser recordado.
Pero para encender esa llama, uno debe detenerse. Escuchar. Sentir. Aceptar el dolor sin querer cambiarlo de inmediato. Agradecer lo inexplicable. Perdonarse.
Descubrí que vivir espiritualmente no es elevarse por encima de la vida, sino hundirse suavemente en su profundidad. Es dejar de huir de lo que somos y aprender a estar, con todo, incluso con lo que no entendemos. Especialmente con eso.
Aquí, en este rincón del sur del mundo, entendí que la llama interior necesita alimento. A veces basta un silencio honesto. Otras, una canción. Un recuerdo. Un abrazo. Una oración sin palabras. Todo eso es leña sagrada.
Y cuando esa llama prende… no hay oscuridad que la apague.
Si alguna vez sentís que todo se ha vuelto gris, no corras. Quedate quieto. Buscá en tu pecho. Hay una chispa esperando. Y esa chispa es tuya. Es lo que te conecta con el Todo. Con lo eterno. Con lo que no muere.
Somos velas. Y también somos fuego.
Que nunca olvidemos encendernos.