Markama (al pueblo, en lengua quechua), un destacado grupo vocal e instrumental, nace en Mendoza, Argentina, durante 1975. Convocados fundamentalmente por la preocupación de dar forma a un nuevo proyecto musical que atendiera a las raíces populares latinoamericanas, impulsaron individual y conjuntamente el despliegue instrumental como el modo expresivo que los identifica. El repertorio se puede desbrozar en tres facetas: obras propias de los integrantes del grupo, de compositores contemporáneos latinoamericanos y obras anónimas. La vasta historia discográfica de Markama comprende 13 discos publicados. La actividad por los escenarios ha sido vasta tanto en el interior de la Argentina como en el exterior.
Markama - Quitapesares (1987)
01. El quitapesares
02. Baila Martina
03. Vamos Negro
04. Fiesta con procesión
05. Es candombe
06. Rosaura
07. Lampiao
08. Polca cruceña
09. El lugar donde vivo
Duración total: 32:30 min.
01. El quitapesares
02. Baila Martina
03. Vamos Negro
04. Fiesta con procesión
05. Es candombe
06. Rosaura
07. Lampiao
08. Polca cruceña
09. El lugar donde vivo
Duración total: 32:30 min.
Todo momento es extraordinario. Siempre ocurre algo.
ResponderEliminar-Dan Millman
🌄 Todo momento es extraordinario. Siempre ocurre algo.
ResponderEliminarUna reflexión desde Aluminé, al ritmo profundo de Markama
Aquí, en el silencio telúrico de Aluminé, donde la tierra respira el pulso antiguo de la Ñuke Mapu (Madre Tierra), cada instante se revela como un mensaje. El viento que baja por la ladera del cerro Batea Mahuida no es solo aire: es un espíritu que susurra. Un püllü que nos recuerda que "todo momento es extraordinario", como dijo el caminante Dan Millman. Porque siempre —aunque no lo veamos— algo ocurre. Aunque parezca quietud, hay movimiento. Aunque sintamos vacío, hay transformación.
Desde esta visión —que une mi corazón huinca con la sabiduría mapuche— comprendo que el tiempo no es lineal, sino circular, como el ngillatun, como el fuego que nunca muere. No hay momentos comunes: sólo hay ojos que aún no han aprendido a mirar.
Markama, con su raíz quechua (“al pueblo”), resuena aquí como un eco del alma andina. Sus notas no son solo melodía, son memoria. Cada canción —sea anónima o nacida del corazón de sus integrantes— es un rakizuam (pensamiento profundo) hecho sonido. Escuchar a Markama en esta geografía es como oír la voz de los cerros cuando el sol cae tras las lengas. Es dejarse llevar por un río invisible que nos conduce hacia lo esencial.
La música, como la espiritualidad mapuche, no busca entretener: busca despertar. Es una invitación a sentir con el corazón y a ver más allá del velo cotidiano. En este rincón del sur del mundo, entre el lago Ruca Choroy y las estrellas que se derraman como cenizas sobre el bosque, entiendo que la verdadera ayuda no viene de buscar respuestas, sino de escuchar lo que ya nos rodea.
Así, entre los cantos de Markama y la cosmovisión que me cobija, descubro que todo momento es extraordinario porque en cada instante se teje el misterio.
La vida es un canto sagrado. Todo ocurre. Todo vibra. Todo enseña.