Love Is - Vangelis - Short Stories (Remastered By Vangelis) (1980)

Improvisación es la palabra aquí, con Vangelis deambulando por muchas ideas musicales cortas y la voz de Jon Anderson inventando letras, o cuentos, a lo largo de la forma en que parece. Es uno de esos letristas que casi nunca tienen sentido (no lea más allá de 'Thunder') pero logran que sus letras suenen bien. De todos modos, es su voz lo que cuenta, una voz fácil y aguda que funciona maravillosamente bien con la electrónica de Vangelis, que en este álbum conserva algo de esa sensación de 'China' inspirada en la naturaleza. El disco da la impresión de haber sido realizado en unas pocas sesiones sin meterse mucho en él posteriormente, impresión que se confirma en una serie de entrevistas que dieron en ese momento sobre su trabajo juntos.


Vangelis - Short Stories (Remastered By Vangelis) (1980)

01. Curious Electric
02. Each And Every Day
03. Bird Song
04. I Hear You Now
05. The Road
06. Far Away In Baagad
07. Love Is
08. One More Time
09. Thunder
10. Play Within A Play

Duración total: 44:44 min.

Comentarios

  1. Por muy lentamente que os parezca que pasan las horas, os parecerán cortas si pensáis que nunca más han de volverá pasar.
    Aldous Huxley

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  2. “Wu wei”: “no acción” como método para mejorar la realidad

    Desde la Ilustración, se da por buena la hipótesis de la dialéctica, según la cual sólo se mejora una situación reaccionando ante ella y forzando una nueva realidad, cueste lo que cueste.

    Para el taoísmo, sin embargo, se puede actuar ante la realidad sin forzarla (concepto “wu wei“), entendiendo el “camino” de las cosas. De este modo, se puede “promover el orden” pero no “oprimir”, encontrar el equilibrio entre la acción propia y la que nos rodea, o “acción decreciente”.


    “No acción”: sobre la fuerza del agua

    Una corriente contemporánea se ha servido, desde los trabajos de Carl Gustav Jung sobre “sincronicidad” entre el individuo y lo que le rodea, del concepto taoísta “wu wei”, muy cercano a la idea de “virtud” la filosofía clásica, para exponer el cultivo individual como la principal fuerza para la autorrealización, tanto la propia como la de otros, manteniendo un equilibrio con personas y recursos.

    El taoísmo compara el “wu wei”, o “no acción”, con la naturaleza pasiva y a la vez perseverante del agua de un río. El agua es, en apariencia, débil y delicada, pero su fuerza erosiona poco a poco la roca más sólida.

    A diferencia de los materiales sólidos, el agua no tiene voluntad, decían los primeros taoístas, pero ello le permite llenar cualquier recipiente y tomar cualquier forma, así como buscar el más mínimo resquicio para escurrirse.


    ¿Se pueden superar injusticias sin dialéctica acción-reacción?

    Usando los mismos principios de “acción decreciente” -o perseverancia no revolucionaria-, capaz de transformar el fondo de las cosas sin recurrir a revoluciones, pogromos, cazas de brujas, gregarismos totalitarios, el individuo se hace más sabio, al haber aprendido a contemplar, aprender y fluir con el “tao”, el camino medio natural o armonía.

    Es así cómo cualquiera, decía el taoísta Zhuangzi (siglo IV a.C., considerado un precursor del anarquismo y el libertarismo), puede alcanzar la “clarividencia”, un estado equivalente al concepto de autorrealización que, bajo distintas nomenclarutas, aparece en el pensamiento socrático (eudemonismo, estoicismo, etc.), budismo (nirvana), budismo zen (satori), religiones abrahámicas, etc.

    Para los partidarios de la “no acción” o “wu wei”, un estado injusto de las cosas no puede superarse con un movimiento de reacción que fuerce la realidad e imponga un nuevo tipo de desequilibrio, que perjudique a los que antes eran beneficiados y beneficie a los antes perjudicados.

    Según esta idea, las prácticas a lo Robin Hood sólo crearían, a la larga, nuevas injusticias y desavenencias, alertando contra la demagogia y el populismo.

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