Deva Premal & Miten with Manose - Songs For The Sangha (2015)

Con su álbum "Songs For The Sangha (Canciones para la Sangha)", el trío Deva Premal, Miten y Manose colocan otra de las joyas de la música mantra en nuestro cofre del tesoro. Con la canción devocional "Karuna", nuestro corazón se llena de emoción despertando la mente y los sentidos hablando a nuestro núcleo divino. La hermosa voz de Deva Premal, el ingenio musical de Miten y la habilidad magistral de Manose en la flauta de bambú evocan una atmósfera musical de inspiradora espiritualidad superior. "Sangha" traducido del sánscrito, significa "comunidad espiritual", y se nos invita a entrar en un mundo encantado de participación inconsciente y canto edificante facilitando un cambio que nos transforma con gracia y amor.

 

Deva Premal & Miten with Manose - Songs for the Sangha (2015)

01. Parameshwara Mantra - Deep in Love
02. Sarveshaam Mantra
03. Ganapati Mantra - Strong My Roots
04. Karuna
05. Brahma Gayatri Mantra
06. Guru Mantra
07. Draw Near Draw Near

Duración total: 56:51 min.

Comentarios

  1. “El mundo es un espejo que refleja la imagen del observador.”
    William Thackeray, novelista inglés

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  2. Hola Neto, no está el enlace de descarga y me interesa mucho. ¿Lo puedes solucionar? Muchas gracias. Rossy (la mamusha)

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  3. Estimada Rossy: gracias por escribir. Estamos actualizando cotidianamente el blog. Tomaremos en cuenta tu solicitud. Saludos cordiales

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  4. 🌌 El Espejo Infinito: Una Mirada Hacia el Alma

    "El mundo es un espejo que refleja la imagen del observador."
    – William Thackeray

    Imagina que despiertas una mañana y, al mirar por la ventana, el cielo parece más oscuro de lo normal. La gente que pasa por la calle no sonríe, los árboles se mueven con un viento que parece quejarse, y todo te habla de una melancolía sutil, como si el universo supiera lo que llevas dentro.

    ¿Pero qué pasaría si, en lugar de ver el mundo, te estuvieras viendo a ti mismo?

    Vivimos creyendo que el mundo tiene una forma objetiva: que las cosas "son como son", que la realidad es una constante, firme e independiente de nosotros. Sin embargo, esa certeza se desmorona cuando entendemos que el mundo no es lo que vemos, sino lo que somos cuando lo miramos.

    Cada experiencia humana es una interpretación. Cada rostro que vemos, cada palabra que escuchamos, cada silencio, lleva el filtro invisible de nuestra conciencia. Un día de lluvia puede ser una tragedia o una bendición, según quién lo mire. Un gesto puede parecer una ofensa o un acto de bondad, dependiendo del corazón que lo reciba.

    El observador crea su mundo

    Thackeray nos invita a descubrir una ley espiritual tan poderosa como silenciosa:

    Tu mundo exterior es un reflejo de tu paisaje interior.

    ¿Has notado cómo cambia tu percepción del mundo cuando estás en paz? De repente, todo parece más posible. La gente parece más amable. La vida parece abrir puertas donde antes había muros. Nada externo ha cambiado. Cambiaste tú.

    Esto no significa que debamos ignorar el dolor, la injusticia o la tristeza que existe allá afuera. Significa que lo que vemos con claridad es aquello que primero se ha revelado dentro de nosotros. Si queremos transformar el mundo, debemos primero pulir el espejo que lo refleja: nuestra mente, nuestra alma.

    El espejo no miente

    Los espejos no inventan imágenes. Tampoco las juzgan. Solo reflejan lo que se les pone delante. El mundo hace lo mismo. Si llevas miedo, verás amenaza. Si llevas enojo, verás enemigos. Si llevas amor, verás posibilidades. Así de simple. Así de difícil.

    Esta verdad, aunque incómoda, es liberadora. Porque si el mundo es reflejo, entonces tú eres su fuente. No estás condenado a un destino ajeno, ni obligado a vivir bajo la sombra de circunstancias externas. Eres, en cada instante, el creador silencioso de tu realidad.

    El arte de mirarse sin juicio

    Muchos evitan mirar dentro de sí porque temen lo que podrían encontrar: heridas, dudas, contradicciones, culpas. Pero ignorarlas no las borra. Solo las proyecta más lejos, en forma de conflictos, relaciones rotas, o sufrimientos sin causa aparente.

    Aceptar lo que somos sin juicio es el primer paso para cambiar lo que vemos.

    La práctica es sencilla, aunque requiere valentía:

    Cuando algo te moleste allá afuera, pregúntate: ¿Qué parte de mí se está reflejando aquí?

    Cuando sientas que el mundo te cierra las puertas, indaga: ¿Dónde me estoy cerrando yo mismo?

    Y cuando todo parezca fluir, da gracias… porque estás en armonía contigo mismo, y el universo lo refleja.

    Despedida al reflejo

    En última instancia, el espejo del mundo no es un castigo ni una trampa. Es una herramienta sagrada. Es el recordatorio constante de que la transformación no se busca fuera, sino dentro.

    Cuando comprendas esto no con la mente, sino con el alma, descubrirás que no hay nada en el mundo que no pueda cambiar si tú cambias primero. No porque el mundo te obedezca, sino porque eres tú quien lo crea con la mirada.

    Así que mírate. Reconócete. Perdónate. Ámate.

    Y verás cómo, sin hacer nada más, el espejo comienza a sonreírte de vuelta.

    ⏳ Tómate un instante para cerrar los ojos y preguntarte: ¿Qué estoy proyectando ahora en el espejo del mundo?
    La respuesta podría ser el inicio de tu verdadera transformación.

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