Diego Modena & Eric Coueffé - Ocarina Forever (1999)

Con el álbum "Ocarina: Forever" nos sumergimos en los sonidos musicales de la ocarina. La ocarina es una clase especial de instrumento de viento o aerófono muy importante en la cultura china y américana construida tradicionalmente de cerámica. Eric Coueffé nació en Gennevilliers, un suburbio de París, Francia. Un día, mientras hacía una sesión de grabación en estudio para Delphine, fue llevado a ver tocar a Diega Modena y pidió actuar en el grupo de Ocarina. Una de sus pasiones es enseñar a las generaciones más jóvenes. Esto es lo que hace tan a menudo como le sea posible. "Todavía estoy allí por todas partes, soy el polvo en el viento, soy la estrella en el cielo del norte. Nunca he estado en ningún sitio; soy el viento en los árboles. ¿Me esperarás para siempre?"

 

Diego Modena & Eric Coueffe - Ocarina Forever (1999)

01. Forever
02. Amalia
03. La Criola
04. Admitting
05. King Lover
06. Blue Are The Dreams
07. Last Eldorado
08. Metisse Reggae
09. Amalia (Reggae)
10. Roses For Jiang Ling
11. King Lover (Reggae)
12. Bananas Mammbo

Duración total: 39:01 min.

Comentarios

  1. "Solo triunfa en el mundo quien se levanta y busca a las circunstancias, creándolas si no las encuentra" George Bernard Shaw

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  2. No habíamos comentado esta canción de Ocarina en su momento, pero como "este momento" es el único, oportuno es hacerlo ahora, justamente en "este momento". ¿Qué mejor elección?

    Que lindas palabras que están escritas en la descripción que acompaña a la carátula del disco "Ocarina por siempre"! Las trascribo porque es la letra de esta canción que dice:

    "Todavía estoy allí por todas partes,
    soy el polvo en el viento,
    soy la estrella en el cielo del norte.
    Nunca he estado en ningún sitio;
    soy el viento en los árboles.
    ¿Me esperarás para siempre?"

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  3. En aquella publicación de hace diez años, la ocarina se volvía protagonista de un viaje sonoro, portadora de una raíz cultural antigua y de una fragilidad que parecía rozar lo eterno. Ocarina: Forever me envolvía con la voz de un instrumento que no necesita artificios: solo aire, soplo y silencio para convertirse en puente entre lo humano y lo invisible.

    Un año después, en 2016, volví a esas palabras con un gesto que todavía resuena en mí: “este momento es el único, oportuno es hacerlo ahora, justamente en este momento”. Ahí está la esencia de mi búsqueda: comprender que no existe un tiempo perfecto para vivir o decir, sino que cada instante es suficiente si lo abrazo con conciencia.

    Hoy, al volver sobre esas frases grabadas en la carátula —“Todavía estoy allí por todas partes, soy el polvo en el viento…”— siento que la melodía de la ocarina no es otra cosa que la respiración de la eternidad haciéndose canción. Somos polvo y estrella, viento y espera, ausencia y promesa. La música me lo recuerda con delicadeza, como un eco que nunca termina de apagarse.

    En mi Diario del Viajero Interior, la mañana húmeda que dejó la lluvia me acompaña como un espejo. Camino por dentro con la misma serenidad que deja el aire después de un aguacero: limpio, fresco, renovado. No busco grandes hazañas, solo escuchar cómo cada gota, cada sonido, me dice que sigo en camino.

    Y cuando el día se cierre, en el espacio de Más Allá del Crepúsculo, quedará la certeza de que la ocarina no solo habla de nostalgia, sino de permanencia. El instrumento sopla desde un lugar sin tiempo, y ahí me reconozco: viajero que busca, pero también polvo, estrella, viento… esperando y siendo esperado para siempre.

    Y a mi yo futuro, si alguna vez llega a leer estas palabras, le dejo este recordatorio: la belleza de la ocarina no estaba en su perfección, sino en su soplo humilde y frágil. Lo mismo sucede conmigo: mi fuerza nunca estuvo en vencer batallas externas, sino en aprender a escuchar el aire invisible que siempre me sostuvo. Si en ese futuro dudo de mi camino, volveré a ese soplo, a ese viento en los árboles que prometía: “¿Me esperarás para siempre?”… y responderé que sí, porque nunca dejé de esperarme a mí mismo.

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