Lanzado en 1992, "Land of Merlin" de Jon Mark es un álbum de música New Age que sumerge al oyente en los paisajes legendarios de Cornualles, Inglaterra. Inspirado por las experiencias de infancia de Jon Mark en esta región, el álbum explora los mitos artúricos, la figura del mago Merlín y los caballeros de la Mesa Redonda. Con una instrumentación que evoca un ambiente místico y espacioso, el disco busca transportar a los oyentes a un tiempo de magia y fantasía, presentando piezas como "The Birth of Arthur" y "Merlin and the Unicorn" que narran musicalmente la historia del legendario rey. Su enfoque en la narración a través de la música lo distingue, invitando a una escucha más inmersiva, casi como una banda sonora de una película imaginaria sobre la antigua Britania.
Jon Mark - Land of Merlin (1992)
01. Land of Merlin
02. Tintagel
03. The Bird of Arthur
04. The Child Grows
05. Merlin and the Unicorn
06. The Dream of Arthur
07. Perlious and Mystical Journey
08. The King, Queen and Castle
09. The Greenwood, the Briar and the Rose
10. Farewell to Childhood
11. The Vision
Duración total: 56:26 min.
01. Land of Merlin
02. Tintagel
03. The Bird of Arthur
04. The Child Grows
05. Merlin and the Unicorn
06. The Dream of Arthur
07. Perlious and Mystical Journey
08. The King, Queen and Castle
09. The Greenwood, the Briar and the Rose
10. Farewell to Childhood
11. The Vision
Duración total: 56:26 min.
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"Valores que tejen el destino: Un susurro desde Aluminé con 'Land of Merlin' de Jon Mark"
ResponderEliminarDesde lo profundo de los bosques patagónicos, donde el río Aluminé murmura secretos ancestrales entre lengas y pehuenes, emerge una reflexión que entrelaza lo eterno con lo inmediato. Aquí, en este rincón sereno de la provincia de Neuquén, el alma se encuentra con su propia sombra, y el espíritu —como el cóndor sobrevolando las cumbres— busca elevarse por encima del ruido del mundo.
"Mantén tus valores en alto, ya que tus valores se convierten en tu destino." —Mahatma Gandhi.
¿Qué significa esto cuando el viento acaricia las montañas y el tiempo parece diluirse en los reflejos del lago Ruca Choroy?
Significa que cada pequeña decisión, cada acto silencioso de integridad, cada vez que elegimos la verdad en lugar del miedo, estamos esculpiendo nuestro destino como lo haría un antiguo tallador de piedra ante un tótem sagrado.
En un mundo donde las brújulas morales parecen haberse extraviado, esta frase de Gandhi resuena como un faro en la niebla. Nuestros valores son los hechizos que lanzamos al futuro. Son como semillas lanzadas al viento: invisibles al principio, pero destinadas a florecer en el paisaje de nuestro porvenir.
Y aquí es donde la música —esa forma sutil de oración— cobra vida como compañera en este camino de conciencia.
Jon Mark, en su álbum Land of Merlin (1992), nos invita a transitar tierras encantadas donde los mitos no son solo historias, sino verdades codificadas en símbolos.
Cada nota de este disco —desde “The Birth of Arthur” hasta “Merlin and the Unicorn”— es un eco que atraviesa el tiempo, recordándonos que alguna vez fuimos niños soñando con ser sabios, justos, valientes.
Así como Merlín guiaba con sabiduría desde las sombras, nuestros valores —invisibles pero firmes— nos conducen silenciosamente hacia el cumplimiento de nuestro propósito.
Escuchar Land of Merlin aquí, en la Patagonia profunda, rodeado de silencio, es como abrir un portal. La atmósfera mística de Cornualles se funde con los paisajes vírgenes del sur argentino, y la música se convierte en un puente entre mundos, entre lo que fuimos, lo que somos y lo que estamos destinados a ser.
Reflexión final desde Aluminé:
No subestimes el poder de tus valores. Aunque parezcan pequeñas velas en medio de una tormenta, su luz es la que te guiará cuando todo lo demás se apague.
Y en ese viaje interior, deja que la música enigmática te acompañe. Porque a veces, solo un acorde basta para recordarte quién eres... y hacia dónde vas.
🎵 MusiK EnigmatiK — Solo lo mejor de la Música New Age… totalmente enigmática. Un viaje con el espíritu que nos transporta a lugares insospechados, más allá del crepúsculo.
"El Rumor del Destino"
ResponderEliminarUna reflexión desde Aluminé para MusiK EnigmatiK
Dicen que el viento en la Patagonia tiene memoria.
Aquí en Aluminé, cuando el sol comienza a deslizarse detrás de los cerros como un suspiro dorado, hay un momento en que el tiempo se detiene. No es una ilusión. Es una pausa sagrada. Un instante en que el alma se abre como una flor al crepúsculo, receptiva a las señales que el mundo intenta susurrar.
Vivo rodeado de lagos que parecen espejos del alma, bosques que callan más de lo que dicen, y cielos tan inmensos que uno se siente parte de algo mucho más vasto. Y en ese silencio, en ese “más allá” que MusiK EnigmatiK tan bien describe, comprendí algo esencial: no es el viento el que decide hacia dónde vamos, sino los valores con los que decidimos caminar.
A veces creemos que el destino es algo que nos espera al final del camino, una especie de revelación que llega después de muchas batallas. Pero aquí, en este rincón del mundo donde la naturaleza no negocia con el ego, descubrí que el destino no es un lugar… sino una vibración.
Una resonancia que generamos cada día con nuestras elecciones, nuestras palabras, nuestros silencios. Nuestros valores.
¿Qué es un valor si no una brújula espiritual? Compasión, honestidad, respeto, gratitud… No son solo palabras bonitas para decorar discursos. Son mapas invisibles. Señales en el camino que nos permiten no perdernos en los laberintos del mundo moderno, donde todo es rápido, urgente, y a menudo, vacío.
Confieso que hubo días —muchos— en que quise soltarlo todo. En que las decepciones dolían como el frío del viento austral en pleno invierno. En que pensé: ¿vale la pena seguir sosteniendo la integridad cuando todo a tu alrededor parece premiar lo contrario?
Pero justo entonces, algo sucedía. Un niño saludando con una sonrisa auténtica. Un vecino que dejaba leña en la puerta sin decir palabra. El reflejo de la luna sobre el Lago Ruca Choroy, recordándome que hay luces que solo se ven en la oscuridad.
Y volvía a mi centro. Volvía a mis valores. A ese fuego interior que no necesita que nadie lo alimente porque nace del espíritu. Y entendí que mantener mis valores en alto no era un acto de orgullo... era un acto de fe.
Gandhi lo expresó con claridad: "Mantén tus valores en alto, ya que tus valores se convierten en tu destino." No es poesía. Es una ley espiritual.
Cada vez que actuamos con coherencia, sin importar cuán pequeña sea la acción, estamos esculpiendo nuestro futuro. Estamos llamando al destino no como un capricho del azar, sino como una consecuencia vibratoria de quienes decidimos ser.
En un mundo donde todo tiende a diluirse, sostener los valores es un acto de rebeldía espiritual. Una forma de plantar bandera en el territorio del alma y decir: "Aquí estoy. Tal vez no perfecto, pero sí real. Íntegro. Humano."
Desde Aluminé, donde el crepúsculo no solo es un color, sino una puerta a otras realidades, te invito a observar el viaje de tu vida desde otro ángulo. No desde lo que has logrado o perdido. Sino desde lo que has elegido sostener a pesar de todo.
Tus valores. Ese hilo dorado que atraviesa tus días, que te da forma incluso cuando todo se derrumba. Ellos son tu verdad más profunda. Tu música secreta. La vibración que hace que el universo, tarde o temprano, te devuelva en forma de destino lo que sembraste en silencio.
Así que si alguna vez sentís que el mundo te pide que renuncies a tu esencia para "encajar", recordá esto:
La belleza del alma no está en la perfección, sino en la coherencia.
Seguí caminando, aún si vas solo. Seguí eligiendo el bien, aún si parece invisible. Porque la integridad espiritual es como un canto ancestral: a veces solo lo escuchan los que han aprendido a vivir más allá del crepúsculo.
Desde Aluminé,
con la serenidad del río que no necesita apurarse,
y con la certeza de que el verdadero destino nace
en cada decisión que honra tu verdad.
MusiK EnigmatiK -El viaje continúa…