André Rieu solo tenía cinco años cuando escuchó un vals por primera vez. Era El Danubio Azul de Johann Strauss. Su padre, que era director de la Orquesta Sinfónica de Limburg, la tocó en los bises en uno de sus conciertos. De repente el ambiente cambió; todas las personas del público empezaron a sonreír. Vió la alegría en sus caras. Aun siendo niño entendió que esa música maravillosa tenía el poder de hacer feliz a la gente, que era algo mágico. Cada noche, en cualquier parte del mundo, invita a su público a levantarse de los asientos y bailar. El vals reúne todos los sentimientos: felicidad, alegría y amor. Está científicamente probado que bailar el vals es bueno para la salud.
Si es tan bueno para la salud aprovechemos y bailemos al son del vals. Un vals majestuoso, con todas las pompas para disfrutar de este bello atardecer en las montañas! Me agrada y mucho!
ResponderEliminar“¡Ánimo! Todo pasa. Ama tu trabajo y no dejes de cumplir tu deber cada día.”
Don Bosco