The Forest Awakening, Pt. 1 [edited version] - Midori - The Forest Awakening (2013)

La combinación de los sonidos naturales de la selva tropical entrelazados con la música que evoca la atmósfera y el estado de ánimo de Midori, trata de un viaje memorable, impresionista en un mundo verdaderamente exótico. "El Despertar del Bosque" de la serie "Música Tranquila", de Midori, a pesar de constar tan sólo de dos cortes, posee un nivel de producción y perfección inefables, capaz de sorprender a cualquier amante de la buena música, rodeándonos con sus cuantiosos instrumentos y distinguida composición, atrapándonos de principio a fin, atesorando cada melodía. "El despertar del bosque" nos dejará relajados y elevados.

Comentarios

  1. Ultimo dia de verano en esta parte del mundo. Un domingo dorado con gotas de rocio en la ventana. Nos despierta el canto de las aves y la tranquilad de la música de Midori. Todo listo y preparado para escuchar "El Despertar del Bosque"...

    “Hermosa encuentra la vida quien la construye hermosa.”
    Otto René Castillo, poeta guatemalteco

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  2. Buen día Neto! Bienvenido Otoño! Una elección perfecta para este dia...."El Despertar del Bosque" ...Midori...uno de mis artistas favoritos...precioso tema...Gracias Neto por compartirlo...y tal como estamos acostumbrados y para rememomar una bella historia para esta época...te traje a Ole y Trufa del excelente escritor Isaac Bashevis Singer a quien en 1978 se le concedió el Premio Nobel de Literatura. Esta historia es una de las mas bellas de este escritor...y cuenta...

    ❁ ✾En la copa de un árbol que había perdido todas sus hojas todavía quedaban dos. Una de ellas se llamaba Ole y la otra Trufa. Tanto Ole como Trufa estaban en la misma ramita. Como estaban en lo más alto del árbol, recibían mucho sol. Por alguna razón, que Ole y Trufa desconocían, habían sobrevivido a todas las lluvias, a todas las noches frías y a los vientos, y seguían aferradas al extremo de la ramita. ¿Quién sabe por qué razón cae una hoja y otra sigue firme? Pero Ole y Trufa creían que se debía al gran amor que sentían recíprocamente. Ole era algo más grande que Trufa y unos días más vieja, pero Trufa era más bonita y delicada. Una hoja puede hacer muy poco por otra cuando sopla el viento, cae la lluvia o azota el granizo. Incluso en verano una hoja puede desgarrarse y, al llegar el otoño y el invierno, ya no se puede hacer nada. Aun así, Ole no perdía ocasión de animar a Trufa. Durante las peores tormentas, cuando retumbaban los truenos, centelleaban los relámpagos y el viento arrancaba no sólo hojas, sino ramas enteras, Ole le decía a Trufa:
    -¡Sujétate, Trufa! ¡Agárrate con todas tus fuerzas!
    A veces, durante las noches frías y tormentosas, Trufa se lamentaba:
    -Ha llegado mi hora, Ole, pero tú no te sueltes.
    -¿Para qué? -preguntaba Ole-. Sin ti mi vida no tiene sentido. Si te caes, caeré contigo.
    -¡No, Ole! ¡No lo hagas! Mientras una hoja pueda sostenerse, no debe soltarse...
    -Todo depende de que te quedes conmigo -replicaba Ole-. De día te contemplo y admiro tu belleza. De noche aspiro tu fragancia. ¿Ser la única hoja de un árbol? ¡No, jamás!
    -Ole, tus palabras son muy dulces, pero no son ciertas -dijo Trufa-. Sabes muy bien que ya no soy bella. ¡Mira qué arrugada estoy! Toda mi savia se ha secado y me da vergüenza de que los pájaros me vean. ¡Me miran con tanta lástima...! A veces me parece que se ríen de lo arrugada que me he puesto. Todo lo he perdido, pero todavía me queda algo: mi amor por ti.
    -¿Y no es suficiente? De todas nuestras fuerzas, el amor es la mayor, la más hermosa -dijo Ole-. Mientras nos amemos, permaneceremos aquí, y no habrá viento, lluvia o tormenta que pueda destruirnos. Te diré algo, Trufa: nunca te quise tanto como te quiero ahora.
    -¿Por qué, Ole? ¿Por qué? Estoy completamente amarilla.
    -¿Quién dice que el verde es bonito y el amarillo no? Todos los colores son igualmente bellos.


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    1. Y justo en el momento en que Ole decía estas palabras, sucedió lo que Trufa había temido durante todos esos meses. Sopló un viento que arrancó a Ole de su rama. Trufa comenzó a temblar y a agitarse hasta el punto que pareció que también ella sería arrancada en seguida, pero estaba firmemente sujeta. Vio cómo Ole planeaba en el aire y la llamó en el idioma de las hojas:
      -¡Ole, vuelve! ¡Ole! ¡Ole!
      Pero incluso antes de que hubiese terminado de decirlo, Ole desapareció de su vista. Se mezcló con las demás hojas caídas y Trufa se quedó sola en el árbol.
      Trufa no pensaba que una noche pudiera ser tan larga como aquélla: tan oscura, tan helada. Le hablaba a Ole, esperando una respuesta, pero Ole estaba callada y no dio muestras de su presencia.
      Trufa le dijo al árbol:
      -Ya que me has arrebatado a Ole, déjame marchar.
      Pero el árbol ni siquiera se dio por enterado de este ruego.
      Después de un rato, Trufa se quedó dormida. No era sueño, sino una extraña languidez. Se despertó y, para su sorpresa, descubrió que ya no colgaba del árbol. El viento se la había llevado mientras dormía. Era distinto a lo que sentía cuando se despertaba en el árbol, cuando salía el sol. Ahora todos sus temores y sus angustias habían desaparecido. Ese despertar también le trajo una conciencia que nunca antes había experimentado. Saber que no era sólo una hoja completamente a merced del viento, sino que formaba parte del universo. Ya no era pequeña, ni débil, ni pasajera, sino parte de la eternidad. A través de alguna fuerza misteriosa, Trufa comprendió el milagro de sus moléculas, sus átomos, sus protones y sus electrones: la enorme energía que representaba y el plan divino del cual formaba parte. Junto a ella reposaba Ole y se saludaron con un amor del que antes no habían sido conscientes. Ya no era un amor que dependía de la suerte o el capricho, sino un amor tan poderoso y eterno como el propio universo. Lo que habían temido cada día, entre abril y noviembre, resultó no ser la muerte, sino la redención. Se levantó una brisa que elevó a Ole y Trufa por los aires, donde flotaron con una alegría sólo conocida por quienes se han liberado y han entrado en la eternidad...
      Tu eres Ole...yo soy Trufa...
      Te espero.

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  3. Bienvenido Otoño! Bienvenidos Trufa y Ole! Una historia emotiva sin igual que compartimos todos los años en esta estación! Gracias Sandy por traerla nuevamente a la memoria!

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