El álbum "Entends-Tu Les Chiens Aboyer? (¿Puedes Escuchar Los Perros Ladrar?)" es la banda de sonido realizada por el músico griego Vangelis. El disco fue compuesto por Vangelis como banda sonora del film del mismo nombre, del cineasta francés François Reichenbach y marcaría el fin de su estancia en París. El álbum ha sido lanzado con tres títulos diferentes existiendo diversas variaciones de la cubierta y además dos versiones diferentes. A mitad del álbum, hay un circuito de muy rápido ritmo que coincide con una escena de la película. Hay dos mezclas diferentes de esta canción disponible sobre las distintas versiones. Vangelis es uno de los compositores electrónicos más exitosos y admirados de nuestra era.
Vangelis - Entends Tu Les Chiens Aboyer? (1975)
01. Entends Tu Les Chiens Aboyer? - Pt. 1
02. Entends Tu Les Chiens Aboyer? - Pt. 2
Duración total: 39:38 min.

“Atesoro lo humano cuando tiendo las manos a favor del encuentro... Por la cosa más pura con la cual me alimento, por mi pan de ternura, con las alas del alma, desplegadas al viento.” Eladia Blazquez
ResponderEliminarCuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Esta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir.
ResponderEliminarHuyo un día, y ella no desistía, dos días y nada...
En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente:
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- No he tenido este precedente con nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar...
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
- No
- ¿Yo te hice algún mal?
- No
- Entonces, ¿Porqué quieres acabar conmigo?
- Porque no soporto verte brillar...
Esta última frase nos invita a pensar en la razón por la que muchos de nosotros nos hemos preguntado ¿Porqué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?...sencillo, porque no soportan verte brillar. La envidia es el peor sentimiento que puede sentir el ser humano.
Es bueno recordar que aunque nos hieran, no podrán tocarnos, porque nuestra luz seguirá intacta, nuestra esencia seguirá por siempre, pase lo que pase.
"Siempre le viene bien al hombre un poco de oposición. Las cometas (barriletes) se levantan contra el viento, no a favor de él".
Hola, tenia tiempo ,no entraba a tu pagina ,siempre sera un deleite escuchar la musica ,que solo lleva la imagen de el espiritu, y el latido ,que tiene el pensamiento de todo ser vivo.
ResponderEliminarGRACIAS.
Gracias Beti por tus palabras! No había leído tu comentario hasta hoy. Saludos desde Argentina!
ResponderEliminar"Atesoro lo humano cuando tiendo las manos a favor del encuentro... Por la cosa más pura con la cual me alimento, por mi pan de ternura, con las alas del alma, desplegadas al viento." —Eladia Blázquez
ResponderEliminarHay un misterio antiguo que pocos recuerdan: lo verdaderamente humano no se compra ni se enseña; se comparte. En cada gesto que nace del corazón sin cálculo, en cada mano que se extiende sin temor al vacío, en cada alma que se atreve a encontrarse con otra... allí, en ese punto invisible, la vida se revela como sagrada.
Tendemos a buscar respuestas en lo alto, sin ver que lo divino se oculta en la ternura que damos sin pedir. El pan más puro no es el que alimenta el cuerpo, sino el que calma el alma: una palabra sincera, un silencio compartido, una mirada que no juzga.
Y es entonces —cuando dejamos de protegernos con máscaras y desplegamos las alas del alma, sin miedo al viento ni al abismo— que descubrimos algo esencial: el otro no es amenaza, es espejo. Un espejo que nos recuerda que somos más grandes cuando somos con los demás, no contra ellos.
La superación personal no siempre está en escalar más alto, sino en mirar más hondo. En comprender que cada acto de ternura es un triunfo del espíritu sobre el ego. Que cada encuentro auténtico es una puerta que se abre hacia lo eterno.
Atesora lo humano. Porque allí donde el alma se entrega sin condiciones, comienza el verdadero vuelo.