Laliya - Just Like River (2002)

El proyecto musical Laliya es un dúo instrumental de música acústica y del mundo fusión formado por el irlandés James Maguire y la australiana Melissa Howlett-Maguire. Ellos crean un paisaje sonoro utilizando instrumentos de la antigüedad de una manera moderna y emocionante. Esto ha sido mejorado mediante el uso de una técnica conocida como "tocando a dos manos" en el dulcimer combinado con golpes rítmicos y percusivos del djembe, lo que transmite una experiencia auditiva única y verdaderamente trascendente. Las habilidades de los dos artistas es más que suficiente para mantener el interés del oyente. El álbum "Just Like River (Al Igual Que El Río)" refleja su estilo de desarrollo con melodías pegadizas en abundancia.

 

Laliya - Just Like River (2013)

01. Desert Oak
02. Present Moment
03. Just Like River
04. Losing Sight
05. Passage
06. 12 Months of Summer
07. Cerulean Blue

Duración total: 43:09 min.

Comentarios

  1. Un exelente tema musical para alegrarnos el domingo! Hermoso dúo tocando juntos el dulcimer... todo un hallazgo en la música New Age. Que lo disfruten!

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  2. Anoche lo comenté y como no aparecía el reproductor lo escuché por you tube y me encantó pero como no sé que hice que no lo subió, vuelvo a insistir, en una de esas ahora hago las cosas bien y puedo postear el comentario como corresponde.
    El tema me encantó esa conjunción de instrumentos que se conjugan tan armoniosamente para producir el efecto que producen, hace que tenga mucha energía y como dice el comentario del tema, sea una experiencia auditiva única y trascendente, muy buena elección amigo, muy enérgica y para disfrutar mucho.
    Y para que se complemente con esta hermosura de tema veamos qué podemos encontrar que le haga honor:
    Los milagros también existen. Paparruchadas de un viejo decrépito que llevaba más años que yo en aquel calabozo.

    En aquel cuarto oscuro y mugriento, donde me tragué quince años. Pero ya no valía la pena discutir con ese infeliz ni con nadie más en esa jaula de cemento.

    Lo único importante era tener presente que sólo veinte días me separaban de mi ansiada libertad. Las cuentas estaban saldadas con esa hipócrita sociedad que un día pronunció mi encierro.

    Había pasado una eternidad escuchando esas campanadas de la vieja capilla del pueblo. Siempre, a la misma hora, marcándome con sus tañidos monótonos y opacos el paso del tiempo.

    Pero ahora ya no me molestaban, al contrario las sentía cómplices de mis pensamientos. Si de algo estaba orgulloso, era de saber que nadie había podido quebrarme. Sólo el repicar de la campana compartía mi secreto.

    ¿Quién iba a pensar que esa humilde construcción de madera y chapa, con una cruz y una campana en el frente, iba a ocultar, en su fondo baldío, el botín de este ingenioso hombre aún en cautiverio?

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  3. Finalmente las puertas del infierno se cerraron a mis espaldas y mi corazón comenzó a latir alocadamente. Sentí que el aire oxigenaba mis pulmones y un soplo de libertad corría por mis venas.

    No había tiempo que perder, tomé mis pocas pertenencias y comencé a caminar con la vista fija en esa cruz que se asomaba tras el follaje de los altos y dorados álamos de la plaza.

    Pero a medida que me acercaba al lugar, mis pasos se hicieron más lentos. No sabía bien lo que estaba pasando. ¿O mi vista me traicionaba o mi razonamiento no podía entenderlo?

    ¡La capilla ya no estaba! En su lugar yacía un templo imponente con una campana enorme y la misma cruz en el medio.

    Entré sin pensarlo, me dirigí hacia el altar y, detrás de él, encontré una puerta. Al abrirla, el viejo baldío ya no estaba, su lugar lo ocupaba una gran construcción con pequeñas ventanas a los costados y un portón en el centro.

    Abrí la puerta y al ingresar me encontré con unos tablones gigantes vestidos con manteles floreados y rodeados de sillas; detrás de ellos, yacían tres hileras de camas cubiertas con mantas tejidas a mano de diferentes colores.

    Pero lo que más me sorprendió fue la presencia de una gran salamandra asentada sobre una basa de cemento, justo en el centro, como separando y calentando a la vez ambos ambientes.

    Cuando salí de mi asombro, comprendí que justo ahí, debajo de ese gran escalón de material, estaba mi tesoro, mi botín, mi pasaporte a la felicidad quince años esperado.

    No sé cuánto tiempo pasé arrodillado junto a ella, sin que una sola lágrima me nublara la vista, sin que una sola parte de mi cuerpo se moviera.

    De pronto una mano templada y fuerte se apoyó en mi hombro ya entumecido.

    -Amigo, ¿se siente bien? ¿Puedo ayudarlo? –me interrogó una voz cálida y apacible.

    Como pude me di vuelta y, con su ayuda, logré incorporarme.

    -Soy el párroco de esta iglesia –me dijo y agregó – Si está sólo y sin trabajo ha venido al lugar indicado. En este templo, con la ayuda de los feligreses, hemos construido este albergue para aquellos que necesitan un plato de comida o un lugar para pasar la noche.

    Sin saber por qué aquel día decidí quedarme, fue como si mi destino se hubiese jugado en tan solo un instante.

    Con los años, descubrí que aquella libertad tan anhelada la había permutado por no sentir más la amargura de la soledad y el desamparo.

    Hoy, por primera vez, me siento satisfecho de ser un hombre confiable, tengo amigos y un trabajo digno: encargado del albergue. Me ocupo del jardín, de las luces, de la limpieza y sobre todo de que la salamandra no deje de brindarnos su calor en las frías noches de invierno.

    ¿Será verdad que los milagros existen?
    Y claro que existen y sinó miren enigmatik musik, y coincidirán conmigo en que nada puede con nosotros.....o no??????

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  4. La verdad que es un hermoso tema este! Hacía mucho que no lo escuchaba! Me encanta... me lo llevo en el pendrive para las vacaciones!

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  5. “Cada dificultad es una oportunidad que la vida te da para tu personal desarrollo. Si logras aceptar este enfoque, cada dificultad fácilmente superada será, y tú más crecido estarás.”

    Norman Vincent Peale

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  6. Hoy no dejo de escuchar nuevamente a este dúo irlandés-australiano Laliya, que como dice el texto que acompaña la carátula es: "Una experiencia auditiva única y verdaderamente trascendente"! Maravilloso!

    Fascinante el cuento que nos comentó Gloria en su momento: "Los milagros también existen." "Y claro que existen y sinó miren enigmatik musik, y coincidirán conmigo en que nada puede con nosotros.....o no??????"... genial! Gracias Gloria! Me encantó volverlo a leer!

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