Vangelis - Oceanic (1997)

Este excelente y exclusivo disco compuesto y producido por Vangelis, nos ofrece todo un ambiente marino, un mundo acuático fuera del tiempo y del espacio conocidos. Una música repleta de pasajes acústicos e instrumentales, correctamente matizados por rítmicos secuenciadores muy al estilo Vangelis de una forma más dosificada a fin de favorecer un estilo más sobrio y neutral, del gusto de todos. Un gran momento es al final del álbum con "Song of the seas (Cantar de los mares)", precedida por el sonido del mar, nos ofrece una cadencia realmente hermosa y una gran melodía vangeliana. Todo un deleite para los oídos. "Oceanic" es un disco recomendado para todos aquellos que precisan algo de relax en su vida cotidiana.

Vangelis - Oceanic (1996)

01. Bon Voyage
02. Sirens' Whispering
03. Dreams Of Surf
04. Spanish Harbour
05. Islands Of The Orient
06. Fields Of Coral
07. Aquatic Dance
08. Memories Of Blue
09. Song Of The Seas

Duración total: 50:41 min.

Comentarios

  1. Neto 26 de junio de 2013 12:31
    ¿Qué agregar de esta música que no esté en el comentario que acompaña al disco? Me encanta el sonido del mar... una melodía bella y bien lograda! Ideal para compartir en estos últimos días de MusiK EnigmatiK.

    Neto 27 de junio de 2013 20:11
    Muy contento en el día de hoy porque recién llegamos a las 20.000 visitas de todo el mundo! Bravo! Muy bien MusiK EnigmatiK! Salud! Chin chin!!! Brindemos por la música que nos une!

    Gloria Celeste González Junyent 30 de junio de 2013 13:07
    Coincido con tu comentario Neto, no hace falta agregar mucho más a lo escrito en el comentario que acompaña al tema, bello sonido del mar que indefectiblemente me lleva a las costas de mi amado Comodoro, y a disfrutar ampliamante de esta melodía, me encantó.
    Busquemos qué compartir para que le haga compañía a tan bello tema:
    "El templo había estado sobre una isla, dos millas mar adentro. Tenía un millar de campanas. Grandes y pequeñas campanas, labradas por los mejores artesanos del mundo. Cuando soplaba el viento o arreciaba la tormenta, todas las campanas del templo repicaban al unísono, produciendo una sinfonía que arrebataba a cuantos la escuchaban.
    Pero, al cabo de los siglos, la isla se había hundido en el mar y, con ella, el templo y sus campanas. Una antigua tradición afirmaba que las campanas seguían repicando sin cesar y que cualquiera que escuchara atentamente podría oírlas. Movido por esta tradición, un joven recorrió miles de millas, decidido a escuchar aquellas campanas. Estuvo sentado durante días en la orilla, frente al lugar en el que en otro tiempo se había alzado el templo, y escuchó, y escuchó con toda atención. Pero lo único que oía era el ruido de las olas al romper contra la orilla. Hizo todos los esfuerzos posibles por alejar de sí el ruido de las olas, al objeto de poder oír las campanas. Pero todo fue en vano; el ruido del mar parecía inundar el universo.
    Persistió en su empeño durante semanas. Cuando le invadió el desaliento, tuvo ocasión de escuchar a los sabios de la aldea, que hablaban con unción de la leyenda de las campanas del templo y de quienes las habían oído y certificaban lo fundado de la leyenda. Su corazón ardía en llamas al escuchar aquellas palabras... para retornar al desaliento cuando, tras nuevas semanas de esfuerzo, no obtuvo ningún resultado. Por fin decidió desistir de su intento. Tal vez él no estaba destinado a ser uno de aquellos seres afortunados a quienes les era dado oír las campanas. O tal vez no fuera cierta la leyenda. Regresaría a su casa y reconocería su fracaso. Era su último día en el lugar y decidió acudir una última vez a su observatorio, par decir adiós al mar, al cielo, al viento y a los cocoteros. Se tendió en la arena, contemplando el cielo y escuchando el sonido del mar. Aquel día no opuso resistencia a dicho sonido, sino que, por el contrario, se entregó a él y descubrió que el bramido de las olas era un sonido realmente dulce y agradable. Pronto quedó tan absorto en aquel sonido que apenas era consciente de sí mismo. Tan profundo era el silencio que producía en su corazón...
    ¡Y en medio de aquel silencio lo oyó! El tañido de una campanilla, seguido por el de otra, y otra, y otra... Y en seguida todas y cada una de las mil campanas del templo repicaban en una gloriosa armonía, y su corazón se vio transportado de asombro y de alegría.

    Si deseas escuchar las campanas del templo, escucha el sonido del mar.
    Si deseas ver a Dios, mira atentamente la creación. No la rechaces: no reflexiones sobre ella. Simplemente, mírala.

    Neto 3 de julio de 2013 18:54
    Por lo visto la selección que se está formando para el compilado 24 está basada en el mar... entonces deberemos buscar alguna carátula que le haga juego a las canciones que lo van a componer!

    Hermoso cuento sobre el mar! Me encantó! Gracias Gloria por complementar tan bien el blog! Es una tarea que te queda como anillo al dedo! Bravo! A seguir sorprendiéndonos! Musica y palabras! Te felicito por tu dedicación!

    ResponderEliminar
  2. Gloria Celeste González Junyent 5 de julio de 2013 01:38
    Seguramente encontrarás lo más adecuado para que el Compi 24 se luzca como todos los anteriores que se sacan chispas de lo buenos que van quedando y como, aunque únicos, se van superando a medida que avanzan en aparición, seguramente el disfrute no cese.
    La verdad que me gustó mucho ese cuento y vino como apropiado para lo que vamos escuchando no?? me encanta lo que estoy haciendo en el blog junto con tu selección tan bella de música, gracias por las felicitaciones, pero lo hago con mucho amor porque me da placer hacerlo así que seguiremos buscando y nos sorprenderemos juntos, beso

    Neto 5 de julio de 2013 11:40
    Claro que sí, en 3 días más se completa... pero esperemos que tengamos internet pronto, así lo podemos compartir con todos!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario