Eric Tingstad, como un artesano, hace un lugar cómodo para relajarnos; ya sea que esté evocando los bosques, su jardín o la vista de una nevada fuera de su ventana, la guitarra de Eric siempre está firmemente arraigada en la tradición musical, pero que es a la vez única e inconfundible. Este álbum, su primer trabajo en solitario desde 1984, puede parecer muy alejado de su obra clásica temprana impresionista. Las guitarras acústicas de Eric todavía suenan como arpas, con líneas de canto ocasionales en la guitarra eléctrica. En general, Eric combina sus guitarras como un maestro de la pintura mezclando colores para lograr precisamente el efecto adecuado. Eric Tingstad crea un sonido distintivo que busca evocar una sensación de lugar y paisaje en el oyente.
Eric Tingstad - A Sense Of Place (1995)
01. Appalachia Calling
02. Monogahela
03. A sense of place
04. Spirit of Rydal Mount
05. Magnolia
06. Sovereign of the Sea
07. Castle by the Lough
08. Sissinghurst
09. American Blend
10. The Craftsman
11. In Moonlight Blue
Duración total: 46:16 min.

Todo consiste en practicar, observar y tener la debida paciencia. Su meta debe ser: ¡siempre adelante! El progreso no tiene límites. Hay mucho que aprender.
ResponderEliminarAlex Raymond
No preocuparse por nada,
ResponderEliminarno desesperarse por nada,
como ese árbol con un tronco viejo y fuerte,
con cientos de ramas que resisten la lluvia y el viento
poniéndole al mal tiempo buena cara,
y sin olvidar que el mal tiempo solo es preludio
de un sol brillante que regresa siempre.
Milenium, terapia de música y de palabras.
🍃 Siempre adelante: el alma también tiene paisaje
ResponderEliminarDesde Aluminé, donde la paciencia se cultiva como una flor silvestre
Aquí, en este rincón de la Patagonia donde las montañas hablan en voz baja y los ríos cantan con sabiduría ancestral, he aprendido que todo lo verdadero lleva tiempo. Que el progreso —el verdadero, el que transforma por dentro— no es un relámpago, sino un sendero. Y ese sendero se recorre paso a paso, día tras día.
Decía Alex Raymond:
"Todo consiste en practicar, observar y tener la debida paciencia. Su meta debe ser: ¡siempre adelante! El progreso no tiene límites. Hay mucho que aprender."
Y esta verdad, que puede parecer sencilla, se revela profunda cuando se la escucha con el alma abierta, como cuando se escucha la música de Eric Tingstad.
Su nuevo álbum —un regreso delicado pero poderoso tras décadas de silencio solista— es exactamente eso: una caminata pausada por los paisajes del ser. Sus guitarras, tejidas como hilos de luz entre las ramas del bosque, no apuran ni impresionan. Acompañan. Invitan. Sanan. Tingstad no toca desde el virtuosismo, sino desde la presencia. Desde la observación. Desde la paciencia.
Aquí en Aluminé, donde cada amanecer parece una pintura distinta y cada estación una nueva lección, su música se siente como un espejo. No necesitamos correr, ni brillar, ni ser perfectos. Solo practicar. Observar. Tener paciencia. Y confiar en que, incluso sin darnos cuenta, estamos avanzando. Porque el alma también crece en silencio, como crecen los cipreses cuando nadie los mira.
Tingstad pinta paisajes sonoros que no buscan el asombro inmediato, sino la conexión profunda. Escucharlo es como ver caer la nieve tras la ventana o cuidar un jardín en otoño. Cada nota nos recuerda que el progreso no tiene que ser ruidoso para ser real. Que hay belleza en cada intento, y que todo lo que vale la pena lleva tiempo.
🌀 En MusiK EnigmatiK, creemos que la música es un mapa del alma. Y este álbum de Eric Tingstad es un claro sendero hacia dentro. Para quienes han decidido avanzar, no a pesar del cansancio, sino con él. Para quienes comprenden que hay mucho por aprender… y que el viaje apenas comienza.