El primer álbum de Cantara es una perfecta conjunción entre cantos e instrumentos enérgicos. Se caracteriza por su sonido etéreo y atmosférico, con una mezcla de elementos electrónicos y de folk. Una de las grandes piezas del CD es la pista “Waiting For The Wind (Esperando el viento)”, donde también intervienen sonidos de la naturaleza. La percusión sirve de melodía a los diferentes vientos y sonidos de la noche que van surgiendo… una canción con una potente y seductora voz hipnótica que ofrece un toque místico y profundo acompañado de un coro de voces con misterio asombroso. Una canción orientada al canto sagrado con un toque de pop enigmático. Interesante, rítmica y seductora en algunas ocasiones, los propios músicos se arriesgan a sumar teclados y sonidos electrónicos.
Cantara - Cantara (2001)
01. Maison Du Ciel
02. Anima
03. Waiting For The Wind
04. Ubi Caritas
05. Mo Grahu
06. Planets
07. Shepherd's Song
08. Trilogy incl. Temptation; Heilig; Gloria
09. Amandole
10. Reconquista
11. Anima (Single Remix)
Duración total: 58:38 min.
"La música es el lenguaje del alma. Nada puede ser más cierto que eso. Nada es comparable a la sensación de una música que te hace vibrar, que te hace sentir el palpitar de tu corazón, porque penetra las fibras más profundas de tu cuerpo... Es una sensación diferente a la que entregan otros tipos de arte. La música invade el aire, invade tu cuerpo con la vibración que genera, moviliza los sentimientos. Es una forma de arte completa. Atraviesa todas las dimensiones del cuerpo y el alma, al dejarse llevar es casi orgásmica. La música es la manera que tienen los recuerdos de cantarnos a través del tiempo." (María Paz Quesada)
ResponderEliminar"Escuchar con atención es empezar a ver con el alma." —Jean Klein
ResponderEliminar🪶 Hay músicas que no se oyen con los oídos. Se presienten, se dejan sentir como una brisa en la piel del espíritu. Escuchar con el alma es un acto de presencia total, un estado de comunión en el que el sonido revela dimensiones ocultas. A veces, basta cerrar los ojos… y dejar que la música vea por nosotros.
🎧 Vuelvo a escuchar este disco una década después y aún siento que hay algo en él que no ha sido del todo dicho, algo que sigue vibrando como un eco antiguo dentro de mí. "Cantara" no es sólo un álbum: es una ceremonia. La mezcla de folk, electrónica, cantos y sonidos de la naturaleza abre un portal entre lo terrenal y lo invisible.
Waiting For The Wind sigue siendo el centro espiritual del disco: una plegaria nocturna, un canto ritual que nos arrastra entre vientos, susurros, percusiones que laten como un tambor interno, voces que parecen surgir de las raíces de un bosque encantado. Hay algo femenino y lunar en esta música, algo que no se explica pero se siente.
Y las palabras de María Paz resuenan como una extensión de esa misma energía: la música que penetra las fibras del cuerpo, que nos canta los recuerdos, que nos atraviesa como un viento sagrado. Hay en su comentario una verdad que no ha perdido vigencia: la música es un acto íntimo, corporal, espiritual y cósmico al mismo tiempo. Quizás por eso este álbum sigue siendo tan profundo. Porque no es sólo sonido: es tacto invisible, memoria vibrante, devoción encarnada.
🌄 Han pasado diez años desde que estas melodías entraron por primera vez en mi templo interior… y aún vibran. El disco de Cantara es una ceremonia sonora que invoca las fuerzas de lo ancestral y lo onírico. Cada tema parece tejido con hilos invisibles que entrelazan la tierra y el éter, el tambor de la raíz y la voz del aire.
Waiting For The Wind sigue soplando fuerte. Es un canto ritual que atraviesa la noche con su percusión hipnótica, susurros elementales y un viento simbólico que parece no provenir de este mundo. Una plegaria sagrada con alma de pop místico. La voz —potente, magnética, envolvente— guía como una sacerdotisa entre ecos, naturaleza y misterio.
En su comentario de entonces, María Paz hablaba de la música como un lenguaje del alma que invade el cuerpo y despierta los recuerdos. Y no hay imagen más precisa. Porque este disco no sólo suena: resucita memorias, mueve energías, abre umbrales.
Diez años después, la llama sigue encendida.
🕊️ Diario del Viajero Interior: "El canto del viento que aún me recuerda"
Hoy amanecí con una extraña mezcla de nostalgia y gratitud. Como si el viento me hablara desde una colina lejana, trayéndome fragmentos de melodías que creí olvidadas. El cuerpo lo sintió primero: un estremecimiento sutil, como si algo acariciara por dentro.
A veces no necesitamos respuestas nuevas, sino volver a escuchar ciertas músicas antiguas… con un alma nueva.
🌒 Más Allá del Crepúsculo
Al caer la tarde, me detendré a escuchar el viento. Pero no sólo el que sopla entre las ramas, sino ese otro que llega desde adentro. Ese que trae consigo viejas canciones, emociones aún latentes, partes de mí que alguna vez cantaron y que ahora despiertan.
Esta música —la de Cantara— no envejece. Porque no pertenece al tiempo, sino al espacio sagrado donde todo es ritual. Allí donde el dolor se convierte en danza, y el recuerdo en canto sagrado.
Esta noche, esperaré al viento… y lo recibiré como a un viejo amigo que vuelve a cantarme al oído.
Hoy dejaré que la noche me encuentre sin apuros, con los sentidos abiertos y el corazón descalzo. Volveré a poner el álbum de Cantara, no como quien busca entretenimiento, sino como quien entra a un templo.
Y esperaré. Porque hay sonidos que no llegan de inmediato. Necesitan de nuestra entrega, de nuestro vacío.
Y entonces, quizás, el viento vuelva a cantar su mensaje.
Y mi alma, por fin, sabrá escucharlo.