El pianista Paul Cardall ha lanzado su último álbum, "40 Hymns For Forty Days (40 Himnos Durante Cuarenta Días)". Este set de dos discos contiene 40 canciones, arregladas e interpretadas por Paul Cardall. Además,
la experiencia musical incluye varios
músicos que acompañan en violines, violas, violonchelos y un contrabajo. Los arreglos
de cuerda, creados por Marshall McDonald, se suman a la belleza de las
melodías de inspiración. Uno de los himnos conocido incluído en los álbumes es "Sweet Hour Of Prayer (Dulce hora de oración)", con arreglos reverentes y de adoración, lo que puede traernos un enfoque espiritual a nuestros corazones. Aquí, Paul Cardall nos permite meditar, orar, descansar, estudiar y sentir paz.
Paul Cardall - 40 Hymns For Forty Days (CD1) (2015)
01. Israel, Israel, God Is Calling
02. Be Still, My Soul
03. Come, Ye Children Of The Lord
04. Sweet Hour Of Prayer
05. There Is Sunshine In My Soul
06. Count Your Many Blessings
07. The Lord Is My Shepherd
08. Jesus Wants Me For A Sunbeam
09. Great Is Thy Faithfullness
10. Come, Follow Me
11. Jesus Said Love Everyone
12. High On A Mountain Top
13. For The Beauty Of The Earth
14. God Is Love
15. A Poor Wayfaring Man Of Grief
16. Dearest Children, God Is Near You
17. Gently Raise The Sacred Strain
18. In The Garden
19. Lord, We Ask Thee Ere We Part
20. Glory To God On High
Duración total: 54:59 min.
01. Israel, Israel, God Is Calling
02. Be Still, My Soul
03. Come, Ye Children Of The Lord
04. Sweet Hour Of Prayer
05. There Is Sunshine In My Soul
06. Count Your Many Blessings
07. The Lord Is My Shepherd
08. Jesus Wants Me For A Sunbeam
09. Great Is Thy Faithfullness
10. Come, Follow Me
11. Jesus Said Love Everyone
12. High On A Mountain Top
13. For The Beauty Of The Earth
14. God Is Love
15. A Poor Wayfaring Man Of Grief
16. Dearest Children, God Is Near You
17. Gently Raise The Sacred Strain
18. In The Garden
19. Lord, We Ask Thee Ere We Part
20. Glory To God On High
Duración total: 54:59 min.
¿Te gusta la música? El gusto por la música, por escucharla, por bailarla, por cantar, por tocar algún instrumento, puede ser innato, pero también ser estimulado por nuestro entorno, y por nosotros mismos.
ResponderEliminar🌿 Frase del día: “La oración es el aliento del alma, y su silencio, el lenguaje de lo eterno.” — Thomas Merton
ResponderEliminarNo siempre sabemos cómo orar. A veces solo respiramos, cerramos los ojos, o simplemente escuchamos. En esos momentos, lo sagrado no necesita palabras. Se vuelve presencia. Se vuelve música. Hoy esta frase de Thomas Merton me recuerda que hay formas de espiritualidad que no se dicen, sino que se viven, y que se sienten en la calma que nos habita cuando el alma deja de correr. La oración no es un pedido. Es una escucha. Es un hogar.
🌅 Diez años atrás descubrí este doble álbum como quien encuentra un oasis en medio del bullicio: 40 himnos, como 40 velas encendidas en un altar íntimo. Hoy, al volver a escucharlo, compruebo que no ha perdido ni un gramo de su luz. Paul Cardall no solo interpreta melodías sagradas… las habita. Su piano es una oración susurrada al oído de Dios. Y los arreglos de cuerdas, a cargo de Marshall McDonald, envuelven cada pieza como si fueran ángeles hechos sonido.
Sweet Hour of Prayer sigue siendo una joya. Esa “hora dulce de oración” no marca el tiempo del reloj, sino el de la eternidad interior. Este álbum es un refugio. Un bálsamo. Un santuario invisible al que puedo volver cada vez que mi alma lo necesite.
Y recuerdo aquel comentario que escribí entonces: el gusto por la música puede ser innato, pero también se cultiva. Hoy lo confirmo. Esta música me cultivó. Y aún lo sigue haciendo.
📖 Diario del Viajero Interior: "La lámpara del alma"
Hoy no tengo grandes certezas, pero sí un pequeño fuego encendido en el pecho. No arde, no quema, solo alumbra. Me senté unos minutos en silencio, con los auriculares puestos y los ojos cerrados. Y sentí que no estaba solo. Que una compañía invisible me sostenía. Tal vez era Dios. Tal vez era mi parte más profunda. Tal vez simplemente la música.
Pero lo cierto es que algo me sostuvo. Y comprendí que no siempre necesitamos entender. A veces basta con dejarnos envolver por lo sagrado sin nombrarlo. Como un niño que se duerme sin miedo porque sabe que alguien vela su sueño.
🌒 Más Allá del Crepúsculo: Pequeño ritual de recogimiento interior
Cuando el sol empiece a ocultarse, voy a encender una vela color marfil y colocaré una de las piezas del álbum, tal vez Come, Thou Fount of Every Blessing. Me sentaré en silencio, con una manta sobre las piernas, y dejaré que la música fluya como si fuera un río de paz.
Cerraré los ojos. Y por un instante, no pediré nada. Solo escucharé.
Después, al terminar el tema, escribiré en una hoja tres cosas por las que me siento agradecido hoy. Aunque sean pequeñas. Aunque sean invisibles.
Y me prometo que esta noche, antes de dormir, volveré a esa hora dulce de oración. No para cambiar el mundo. Solo para no perderme a mí mismo.