A Promise Of Relaxation Part 1 (Edited Version) - Midori - A Promise Of Relaxation (2014)

La serie Una Promesa de... continúa con uno de los mejores CD: "Una Promesa de Relajación". Piano, guitarra, tonos suaves, que nos proporcionan paz, calma y serenidad. Midori es un alias utilizado por Medwyn Goodall para registrar los proyectos que son más étnicos, orientales, o producidos para las artes curativas. Él utiliza los dos nombres para distinguir la diferencia en el contenido. Midori es el nombre de un pez japonés; un pez muy raro, preciado y especial con escamas metálicas verdes. Un buen nombre, tal vez, para producir música espiritual de estilo más oriental. Dejemos que nuestras preocupaciones se desvanecan con esta hermosa música melódica suave.

Comentarios

  1. Fascinante Midori, mi guru musical♫....diria yo....mi amado Medwyn ,mago de los sonidos, totalmente maravilloso....y que además se inspiró en nuestra geoda, en la cascada delante de nuestra cueva mística de donde emergió Edén.... ahí se alcanza a divisar Ekuus, contemplando un amanecer de ensueño.... serenidad, paz, calma y armonía en este tema exquisito que cumple con su objetivo...adentrarnos en nuestro mundo interior con la promesa de la relajación de cuerpo y mente....
    GRACIAS Neto......un regalo de lujo para este dia otoño...invernal en la ciudad ...
    Abrazo de paz y amistad ♥♥
    ॐNamasteॐ

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  2. Que excelente carátula para esta maravillosa música de este fascinante autor! Me encantó el CD de principio a fin... no tiene desperdicio... aunque es de saber que no lo podemos incluir todo entero en esta apreciada colección y... como para muestra basta un botón, una versión editada casera con los mejores pasajes de su primera parte es bienvenida!

    Gracias Sandy por traernos al presente tan imaginarios momentos vividos detrás de la cascada! Por acá una gran helada cayó esta noche por lo que presagia una nevada para la próxima semana... Va finalizando el otoño por esta zona del sur agrentino!

    Namaskar!

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  3. El mago no lucha para que las cosas sucedan como él las desea, para tomar o ganar o poseer las cosas, porque ve el deseo dentro de una matriz más grande planteada por el espíritu. “Visto tal y como es en realidad, el deseo expresa la necesidad última de regresar a la perfección. Desde el momento en que naciste nunca hubo esperanza de que pudieras sentirte realizado con tus logros, tus posesiones o tu condición. Nada externo podría funcionar”.

    “Entonces, ¿por qué Dios creó tantos objetos de deseo?”, preguntó Arturo.

    “¿Por qué no? ¿Qué hay de malo en querer más de este mundo si es que vale la pena desearlo?”, replicó Merlín. “Considera el deseo como la disposición para recibir lo que Dios desea dar. Este mundo es un regalo; el Creador no fue obligado a hacerlo. Sólo tu capacidad para recibir limita la capacidad de Dios para darte lo que deseas”.

    “Quizás tengas razón, pero entonces, ¿por qué Dios no se limitó a crear un camino directo para llegar a el?”, preguntó Arturo.

    “Sí lo hizo. El deseo es el camino directo, puesto que no hay ruta más rápida para llegar a Dios que a través de tus propios deseos y necesidades. ¿Por qué habría Dios de darte algo antes de que tu lo desees? ¿Alguna vez te has preguntado el por qué de tus deseos y de tu juicio en contra de ellos? Juzgar el deseo equivale a juzgar su fuente, la cual eres tú mismo; temerle al deseo implica tener miedo de ti mismo. El problema no radica en el deseo sino en lo que sucede cuando tus deseos se frustran o se bloquean. Es allí donde comienzan la lucha y el juzgamiento.

    “Si pudieras ver la forma de cumplir todos tus deseos —que es lo que Dios ha tenido planeado para ti todo el tiempo— te darías cuenta de que sin el deseo no podrías crecer. Imagínate como un niño que nunca hubiera querido dejar atrás los juguetes; sin la fuente de nuevos deseos, quedarías atrapado en la inmadurez perpetua”.


    Para Vivir la Lección.

    El discurso de Merlín sobre el deseo toca una cuerda sensible porque vivimos en una sociedad en la cual podemos tener más y más cosas materiales. Sin embargo, no hemos logrado la felicidad perfecta. Muchas veces, detrás de la riqueza hay un vacío espiritual. Eso no significa que desear una casa, un automóvil y una cuenta bancaria esté mal o sea motivo de vergüenza. El vacío espiritual no es el resultado de desear cosas materiales. Se creó cuando volvimos los ojos hacia las cosas externas para esperar de ellas lo que no pueden hacer. Las cosas externas no pueden satisfacer las necesidades espirituales. El dicho según el cual es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar al cielo no es una condena de la riqueza. Sencillamente señala que el dinero no tiene valor espiritual. El dinero no abre la puerta del paraíso.

    Los magos siempre han enseñado que el deseo debe verse como un camino. Al principio, los deseos se relacionan con cosas como el placer, la supervivencia o el poder. Pero con el tiempo, el camino del deseo lleva más allá de esas gratificaciones. No son deseos bajos, sino preliminares. De la misma manera que el niño deja atrás los juguetes a cierta edad, el deseo de tener más y más lleva finalmente a la persona a una fase natural en la cual el deseo de Dios desplaza a todo lo demás. “No trates de convertirte en un buscador de Dios”, dijo Merlín. “Has sido un buscador desde tu nacimiento, sólo que al principio el Dios al cual buscabas eran los juguetes, después la aprobación, después el sexo, el dinero o el poder.

    “Todas esas cosas fueron objeto de tu adoración y las deseaste con pasión. Regocíjate en ellas cuando sean los deseos del momento, pero prepárate para dejarlas atrás. Tu gran problema no será el deseo sino el apego, sentir la necesidad de aferrarse a las cosas cuando el flujo de la vida te pide que las dejes ir”.

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  4. Quisiera preguntárselo todo, pero no puedo, no sé cómo hacerlo, qué es ese misterio de lo que quiero de ti, qué es el hombre o la mujer, el amor, qué quiero decir con amor; por qué debo insistir y preguntar, y por qué me voy y te dejo.
    Jack Kerouac

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