MusiK EnigmatiK Vol. 37 - Various Artists (2014)

La música guarda grandes sorpresas, algunas realmente increíbles. Es el caso de MusiK EnigmatiK Volumen 37, posiblemente uno de los mejores y más enigmáticos compilados que podemos encontrar dentro de lo mejor de la música New Age.  Una superproducción musical de la más alta calidad; un estilo que ya viene presentando desde hace años y que ahora, artistas como Kevin Kern o Kitaro, han sabido perpetuar. Es realmente sorprendente, indescriptible, que un álbum con dieciseis piezas no tenga ni un solo tema que desagrade a nuestros sentidos; todas, absolutamente todas las canciones que se incluyen poseen un seductor encanto creado en gran parte por la magia.

 

Various Artists - MusiK EnigmatiK Vol 37 (2014)

01 Aeoliah - Spa Lounge, Vol. 1 CD1 - For Your Love Only - 2014
02 Amure - The Best - Spring - 2014
03 Celtic Woman - Emerald, Musical Gems - You Raise Me Up - 2014
04 Ad Dios - Bilbo, Music Inspired By The Hobbit - There And Back Again - 2013
05 Nadama - Ocean Within - Open To Love - 2013
06 Gandalf - Earthsong & Stardance - About The Beauty Of Being - 2011
07 Synthirius - Sadness And Joy - 2009
08 Davol - A Day Like No Other - Lucky Day - 2005
09 Kevin Kern - Coleccion Milenium Con Espiritu Universal (Instrumental) CD1 - Sundial Dreams - 2004
10 2002 - This Moment Now - Sunny Day - 2003
11 Angus Dei - Merlyn - In The Peace Of The Night - 2002
12 Criag Chaquico - The Higher Octave Collection Disc 1 Daytime - Return Of The Eagle - 1993
13 David Lanz & Paul Speer - Bridge Of Dreams - Bridge Of Dreams - 1993
14 Bernardo Rubaja - Alma Del Sur - The Hill Of Seven Colors - 1992
15 Michael Gettel - Return - Avalon Rising - 1990
16 Kitaro - Silk Road - Silk Road (Shichu No Michi) - 1980

Duración total: 79:55 min

Comentarios

  1. Una selección que va más allá de los artistas que la componen.....es Magia Pura, la combinación perfecta entre lo místico, lo mágico, lo espiritual y lo angelical de las voces, cuando están incluidas en los temas.
    Maravilloso compilado Neto, que hace honor a este rinconcito enigmatiko que creaste!
    Precioso, sublime y mágico..... escucharlo es elevarse, elevar nuestras vibraciones, de la mano de artistas que tienen sus pies en la Tierra y su alma en el cielo!!! GRACIAS Amigo,por este regalo!!! ♫♫♫

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  2. Un compilado de lujo! Gracias Sandy por tus palabras... no queda más que agregar. Por suerte no se gasta escuchándolo y crece compartiéndolo! Una carátula sencilla que me recuerda al sendero del mago y a las montañas nubladas de El Señor de los Anillos. Sublime!

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  3. EL SENDERO DEL MAGO

    “Hay una enseñanza”, dijo Merlín, “denominada el modo del mago. ¿Has oído hablar de ella?”

    El joven Arturo levantó la vista del fuego que, sin éxito, trataba de encender. Casi nunca era fácil encender el fuego en las húmedas mañanas de comienzos de primavera en el País de Occidente.

    “No, nunca he oído hablar de eso”, contestó Arturo tras pensar un momento. “¿Magos? ¿Quieres decir que ellos tienen un modo diferente de hacer las cosas?”

    “No, las hacen exactamente como nosotros”, replicó Merlín, y chasqueando los dedos encendió el montón de leña húmeda que Arturo había recogido, impaciente ante los torpes esfuerzos del muchacho por encender el fuego. Al instante se formó una gran llama. Acto seguido, Merlín abrió las manos y sacó de la nada un par de patatas y un puñado de setas silvestres. “Ensártalas en una broqueta y ponías a tostar sobre el fuego, por favor”, dijo.

    Arturo obedeció sin más. Tenía unos diez años y la única persona a quien conocía era Merlín. Estaban juntos desde que tenía memoria. Seguramente había tenido madre pero no tenía el más mínimo recuerdo de su rostro.

    El anciano de luenga barba blanca había reclamado su derecho sobre el infante real a las pocas horas de su nacimiento.

    “Soy el último guardián del sendero del mago”, dijo Merlín. “Y quizás tú seas el último en conocerlo”.

    Poniendo las broquetas sobre el fuego, Arturo miró sobre el hombro. La curiosidad le había picado. ¿Merlín un mago?

    Nunca lo había pensado. Los dos vivían solos en el bosque, en la cueva de cristal. El brillo de la cueva les proporcionaba la luz. Arturo había aprendido a nadar convirtiéndose en pez. Cuando deseaba comida, ésta aparecía, o Merlín le daba un poco. ¿Acaso no era así como todo el mundo vivía?

    “Verás, dentro de poco te irás de aquí”, continuó Merlín. “No vayas a dejar caer esa patata entre la ceniza”. Por supuesto, el muchacho ya la había dejado caer. Como Merlín vivía hacia atrás en el tiempo, sus advertencias siempre llegaban demasiado tarde, después de ocurridos los percances. Arturo limpió la patata y la ensartó de nuevo en la broqueta, hecha de la madera verde de un tilo.

    “No importa”, dijo Merlín. “esa puede ser la tuya”. “¿Cómo así que me iré?”, preguntó Arturo. Sólo había ido de vez en cuando al pueblo cercano, cuando Merlín deseaba ir al mercado, y en esas ocasiones el mago siempre tenía cuidado de ocultar la identidad de los dos bajo pesadas capas. Pero el muchacho era gran observador, y lo que había visto en los demás le preocupaba.

    Merlín miró de soslayo a su discípulo. “Pienso enviarte al pantano o, como dicen los mortales, al mundo. Te he mantenido lejos del pantano durante todos estos años, enseñándote algo que no debes olvidar”.

    Merlín calló para ver el efecto de sus palabras, y luego continuó: “El sendero del mago”.

    Tras pronunciar estas palabras, ambos quedaron en silencio, como suele suceder entre quienes llevan mucho tiempo juntos. Anciano y niño casi respiraban al unísono, de tal manera que Merlín debió percibir la inquietud que daba vueltas en la mente de Arturo, cual pantera enjaulada.

    Terminada su comida, el muchacho fue a lavarse en el estanque azul que estaba al pie de la colina. Cuando regresó, Merlín tomaba el sol sobre su roca favorita (aunque “tomar el sol” es apenas un decir, puesto que la espesa colcha de nubes se había adelgazado apenas lo suficiente para que un rayo solitario se abriera paso a través de las copas de los árboles para iluminar los cabellos de plata del mago). Las primeras palabras que salieron de la boca del muchacho fueron: “¿Qué será de ti?” ,“¿De mí? No te creas tan importante. Podré arreglármelas perfectamente sin ti, gracias”. En el instante mismo en que terminó de hablar, Merlín supo que había lastimado los sentimientos del niño. Pero los magos son malos para disculparse. Un hermoso arco hecho de fresno blanco apareció en el suelo al lado de Arturo, quien lo tomó presuroso y comenzó a tensarlo. En su lenguaje privado, sabía que era la forma como el anciano se disculpaba.

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