En los comienzos de su carrera musical, el artista Ray Lynch era un desconocido guitarrista clásico que comenzó a escribir música instrumental con varios sonidos melódicos, clásicos y electrónicos. El álbum "Deep Breakfast" tiene esa necesaria capa de leyenda que predispone a su favor desde el principio de su escucha. Ray Lynch consigue, mediante ciertos efectos sonoros y una producción tan sencilla, acercarse por momentos al sonido de los grandes. Este excelente trabajo parece acertadamente empapado de reminiscencias de artistas clásicos de la música electrónica e instrumental en general; y es sobre todo un divertimento musical que surge de lo que no todos los artistas New Age tienen: inspiración para hacer algo grande.
Duración total: 39:59 min.
Ray Lynch - Deep Breakfast (1984)
01. Celestial Soda Pop
02. The Oh Of Pleasure
03. Falling In The Garden
04. Your Feeling Shoulders
05. Rhythm In The Pews
06. Kathleen's Song
07. Pastorale
08. Tiny Geometries
Duración total: 39:59 min.
Bueno ya me diràs que se viene con este nuevo renacer de Enigmátik Musik pero espero que sigamos disfrutando de este espacio sagrado, amado y esperado por todos los que lo vimos nacer y compartimos su recorrido, lo extraño y añoro
ResponderEliminarNeto 13 de julio de 2012 04:52
ResponderEliminarPara más información sobre este CD consulta el siguiente enlace del blog "Otras músicas. Otros mundos": http://otrasmusicasotrosmundos.blogspot.com.ar/2010/07/ray-lynch-deep-breakfast.html
Gracias "El Conde"!
Neto 21 de noviembre de 2012 19:45
Un clásico de clásicos! Tema de presentación del programa radial "The Clock and The Moon" que se emitió por FM Aspen de Buenos Aires, Argentina, desde el año 1989. Con este tema empecé a disfrutar de la música New Age. ¿Cómo no podía arrancar con este exquisito tema instrumental? Acá lo traigo para compartir con todos ustedes!
Neto 22 de enero de 2013 06:58
Gracias Roberto por hacernos recordar nuevamente este tema, que dió el puntapié inicial para que muchos de nosotros descubriera la música new age en nuestro país a través de este recordado programa radial! Abrazo
Roberto 23 de enero de 2013 08:53
Ray Lynch es para mi el compositor New Age optimista por excelencia, como lo son Mozart y Vivaldi en la musica clasica. Escucharlo es comenzar el dia en positivo. Adoro esta musica tan bonita y alegre. Gracias, amigo. Un abrazo grande.
Roberto Feliba
Neto 23 de enero de 2013 20:22
Hola Roberto, la verdad que yo no tengo un compositor New Age favorito, me gustan mucho Vangelis, Jarre, Enya, Arkenstone, Lanz, y tantos otros... lo que valoro realmente en la música es si me despierta algo interior. Ray Lynch me produce eso y a veces se me hace difícil seleccionar un tema de un CD porque son todos buenos y no se cuál compartir... Gracias por tus comentarios, quizás mañana te lleves una sorpresa! Abrazo amigo y en Febrero estaré en Buenos Aires y me gustaría conocer tu "Observatorio Astronómico"... podrá ser?
Gloria: recién leo tu comentario del 17 de agosto, aunque para lo bueno el tiempo no existe y como te habrás dado cuenta (con el tiempo), el renacer de MusiK EnigmatiK marcha viento en popa!
ResponderEliminarClaro que tendremos mucha música y comentarios para compartir (con el tiempo)! Me alegro que sigas siendo fiel seguidora! Gracias!
Ahhh y como habrás notado empezamos a compartir los comentarios viejos que pudimos rescatar y que serán todos! Los hiremos subiendo (con el tiempo) jejeje
Cuesta mucho ponernos al día, pero pronto lo estaremos!
Y vaya si lo estamos disfrutando este viaje por él es gratificante y lleno de nostalgia, y vuelve a energizar cuando releemos y comentamos nuevamente comentarios de otras épocas y otros sentires...o son los mismos remixados???? vaya uno a saber, por lo que sea siempre estamos juntos y eso está más que bueno
ResponderEliminarGloria: te metiste en la Cueva del Tiempo y volviste de nuevo al inicio del blog Siempre volvemos al Origen! Recorrer el camino andado nuevamente nos permite analizarlo desde otra perspectiva y se nos abre un mundo lleno de posibilidades! Lo que es el Mundo Cuántico! Gracias! Siempre estamos juntos cuando lo queremos con el corazón! Besos
ResponderEliminar"La fe, les digo, es un misterio, difícil de alcanzar para muchos, y nunca fácil de explicar."
ResponderEliminarDavid Ebershoff (1969), escritor, novelista, editor y profesor estadounidense.
Celestial Soda Pop canción mágica donde las haya , se te mete en la cabeza y ya no la puedes quitártela en todo el día
ResponderEliminarClaro! Es una melodía muy adictiva! Gracias Napeiros por comentar. Saludos!
ResponderEliminar🕰️ The Clock and The Moon
ResponderEliminarUna noche, una canción, y el nacimiento de un viajero interior
Por Neto, para MusiK EnigmatiK
Corría el año 1989.
Yo tenía 23 años.
Eran tiempos de búsqueda, de silencios largos y sentidos aún más largos.
Y en las noches, cuando el ruido del mundo se apagaba, encendía la radio. FM Aspen.
Las agujas marcaban las 23 hs, y comenzaba… eso.
Un sonido suave, cristalino, como de otro planeta.
Era “Celestial Soda Pop”, de Ray Lynch.
No lo sabía entonces, pero ese tema sería el umbral.
El punto de partida de algo que aún hoy me acompaña:
la música New Age.
Así conocí el programa:
“The Clock and The Moon”
Un ciclo sin estridencias, sin poses, sin nombre para muchos… pero inolvidable para mí.
No hay grabaciones.
No hay posteos, ni archivos digitales.
Solo la memoria viva de quien lo sintió.
Durante una hora, cada noche, el tiempo dejaba de correr,
y la luna parecía bajar desde el cielo para escuchar conmigo.
Era una atmósfera sagrada, íntima, donde los sonidos acariciaban el alma.
Tal vez para otros fue solo un programa más.
Para mí, fue el despertar de un llamado interior.
La revelación de que hay una música que no solo se escucha… se siente.
Y que esa música, con su energía, podía acompañarme para siempre.
Hoy tengo más años, más historias, más caminos recorridos.
Pero cada vez que suena esa canción…
vuelvo a esa noche, a ese joven de 23 años,
y a esa luna que me enseñó a mirar hacia adentro.
Este blog —MusiK EnigmatiK— nació de esa experiencia.
Porque todo comenzó ahí:
Entre un reloj que marcaba sueños,
y una luna que todavía me guía.
El misterio de la fe y el lenguaje invisible de la música
ResponderEliminar"La fe, les digo, es un misterio, difícil de alcanzar para muchos, y nunca fácil de explicar."
— David Ebershoff
Hay momentos en la vida en que nos detenemos a mirar al cielo —no buscando respuestas concretas, sino alguna señal silenciosa que nos confirme que hay algo más. Algo que no se ve, que no se toca, pero que sostiene. Ese "algo" es la fe: un misterio profundo, íntimo, que no se puede enseñar, solo experimentar.
La fe no es una certeza inmediata ni una fórmula que se pueda memorizar. Es un impulso que nace en el alma, muchas veces en medio de la duda, del miedo o de la soledad. Y es precisamente por eso que es tan poderosa: porque aparece donde lo racional se detiene.
En su esencia, la fe es muy parecida a la música. Y el álbum "Deep Breakfast" de Ray Lynch es una prueba de ello. No necesita explicar nada. No utiliza palabras ni dogmas. Solo sugiere, inspira, eleva. Desde sus comienzos como guitarrista clásico, Ray Lynch descubrió algo que pocos artistas logran: cómo traducir una emoción espiritual en sonidos que rozan lo invisible.
Deep Breakfast no busca impresionar con complejidad técnica, sino que toca la fibra más humana del oyente. Como la fe, es sutil pero firme, simple pero profunda. En sus melodías electrónicas y clásicas se encuentra ese raro equilibrio entre juego y contemplación, entre belleza estética y sensación trascendente.
A veces creemos que tener fe significa no tener dudas. Pero eso no es cierto. Tener fe es caminar a pesar de ellas. Es como escuchar una música que te emociona sin saber exactamente por qué. Porque hay lenguajes que no necesitan ser comprendidos con la mente, sino sentidos con el corazón. Ray Lynch logra eso con su música: nos recuerda que incluso lo inexplicable tiene un lugar sagrado en nuestra vida.
La fe no se enseña. Se encuentra.
A veces, entre las grietas de la rutina. Otras, en un amanecer silencioso. Y a veces, inesperadamente, en una melodía que parece venir de otro mundo.
Así como Deep Breakfast fue para Ray Lynch un acto de creación inspirado —un salto al vacío confiando en algo más grande que él mismo—, cada uno de nosotros está llamado a hacer lo mismo: a confiar en lo que aún no se ve, a crear desde el alma, a seguir adelante con ese misterio dentro que nunca será fácil de explicar, pero que hace que todo cobre sentido.
"La fe, les digo, es un misterio, difícil de alcanzar para muchos, y nunca fácil de explicar." -David Ebershoff
ResponderEliminar"El Silencio que Sabe"
La fe…
No es una respuesta. Ni una certeza que se grita desde los tejados.
Es más bien un susurro antiguo, como una palabra olvidada que vive en el fondo del alma,
esperando ser escuchada sin necesidad de entenderse.
Muchos la buscan con la mente, intentando atraparla como si fuera una fórmula,
pero la fe no se deja diseccionar.
No es lógica ni ciega.
Es el fuego que arde en medio de la niebla,
la brújula que apunta hacia lo invisible cuando todo lo visible se desmorona.
La fe llega —cuando no se le exige,
permanece —cuando se la alimenta con silencio,
y crece —cuando se la elige en medio del vacío.
Es difícil de alcanzar… porque se esconde de quienes buscan garantías.
Y es difícil de explicar… porque se vive, no se argumenta.
Pero quien alguna vez ha sentido su roce —leve, casi imperceptible—
comprende que no necesita pruebas para seguir.
Porque algo dentro de él ya ha dicho que sí.
Un sí sin promesas.
Un sí sin saber el final.
Esa es la fe:
no la convicción de que todo saldrá bien,
sino la fuerza de seguir caminando…
aunque no veas el camino.
Y ahí, en ese paso sin suelo,
el alma aprende a volar.
La Fe: El Eco Silencioso del Alma
ResponderEliminar“La fe, les digo, es un misterio, difícil de alcanzar para muchos, y nunca fácil de explicar.”
– David Ebershoff
Hay caminos que no se caminan con los pies, sino con el alma. Caminos que no están marcados en mapas, pero que conducen al centro mismo del ser. Uno de esos caminos se llama fe.
La fe no es una promesa escrita en piedra, ni una certeza lógica que se pueda demostrar con argumentos. Es una bruma sagrada, una vibración sutil que solo algunos corazones pueden percibir. Es un murmullo que llega desde el otro lado del crepúsculo, donde el misterio aún no ha sido tocado por la razón.
En este viaje interior, como el que propone la música New Age —eterna, envolvente, trascendente— la fe se revela no como una respuesta, sino como una presencia. No exige pruebas, sino silencio. No pide explicaciones, sino entrega.
Muchos la buscan afuera, en palabras, doctrinas o milagros. Pero la fe, la verdadera, se encuentra cuando uno se atreve a cerrar los ojos y abrir el alma. Es el instante en que la mente calla y el espíritu comienza a hablar. Como una nota musical suspendida en el infinito, su resonancia no puede ser contenida, solo sentida.
Y es que la fe, como la música enigmática que nos acompaña aquí en MusiK EnigmatiK, no está hecha para entenderse... sino para sentirse.
Así como ciertos sonidos nos transportan a lugares más allá del tiempo —más allá del ocaso y más allá de nosotros mismos—, así también la fe nos invita a soltar el control y flotar hacia lo desconocido… con confianza, con asombro, con humildad.
Porque a veces, el mayor acto de sabiduría es simplemente creer sin ver, sentir sin tocar, y seguir sin saber.
🌒
Que la música siga siendo el puente entre tu espíritu y lo invisible.
Y que la fe —aunque misteriosa— te encuentre siempre en movimiento,
como una melodía que no termina nunca de revelarse.
El misterio de la fe en las montañas de Aluminé
ResponderEliminarVivir en Aluminé es convivir con un silencio que no es vacío, sino plenitud. Aquí, donde los bosques se extienden como un manto que protege y los ríos cantan melodías antiguas, uno aprende que la vida no se mide solo en horas ni en logros visibles, sino en la profundidad de lo invisible. Cada atardecer es un recordatorio de que el misterio nos envuelve, y que nuestra alma, en su búsqueda, se adentra más allá de lo que los ojos pueden abarcar.
Recuerdo una frase de David Ebershoff que me acompaña en mis caminatas entre araucarias y lagos: “La fe, les digo, es un misterio, difícil de alcanzar para muchos, y nunca fácil de explicar.” La fe no es un objeto que se encuentra, ni un camino con señales claras. Es más bien como ese viento patagónico que no se ve, pero que se siente en la piel, que mueve las aguas y hace cantar las ramas.
La fe es misterio porque nos pide rendirnos a lo desconocido, y eso no es tarea sencilla. Queremos certezas, queremos mapas, queremos respuestas. Pero la fe nos enseña a caminar aun cuando el sendero está cubierto de sombras, a confiar cuando la noche se adelanta y no vemos la salida del valle. Es un arte de escuchar el murmullo del río y reconocer allí una guía, de mirar al cielo y saber que aunque las nubes oculten las estrellas, ellas siguen brillando.
La superación personal comienza cuando dejamos de luchar contra ese misterio y empezamos a danzar con él. En cada prueba, en cada caída, hay una oportunidad para mirar hacia dentro y descubrir la fuerza que parecía escondida. La fe, aunque enigmática, despierta una certeza que no necesita explicación: la certeza de que no estamos solos, de que todo tiene un sentido, aunque el sentido tarde en revelarse.
Aquí, en Aluminé, cuando el crepúsculo tiñe de fuego las montañas y el aire huele a tierra húmeda, me permito cerrar los ojos y dejar que el misterio me envuelva. La fe no me ofrece definiciones, pero sí me abre puertas: la puerta del coraje para seguir, la puerta del consuelo en la tormenta, la puerta de la esperanza en los días grises.
Quizás no haya que explicar la fe, sino experimentarla. Tal vez se trate de un viaje musical y enigmático, como el que propone este espacio, donde cada nota nos transporta a territorios desconocidos dentro de nosotros mismos. La fe, al final, es el eco de lo eterno en nuestro corazón: invisible, enigmática, pero siempre presente, invitándonos a ir más allá del crepúsculo y descubrir en cada paso la grandeza de lo humano y lo divino.