De la niebla que parece emanar del corazón de la antigua tierra que llamamos Australia, escuchamos el sonido inquietante del didgeridoo, y de esta semilla primal de sonido crece una sinfonía de flautas mágicas y voces aborígenes que crean una atmósfera de reverencia con un sentido de la maravilla y la magnificencia de esta tierra primitiva. El zumbido distante del didgeridoo en los tonos primitivos de Australia logra un homenaje apasionado a la cultura de los aborígenes con aves exóticas entre la música y el canto mágico. "Espíritu de Australia" es un auténtico tributo musical, que obliga que el paisaje agreste vibre junto a nuestros mejores recuerdos del pasado.
“¿Saben ustedes que durante una tormenta el león da la cara al viento para que su pelambre no se desordene? Yo hago lo mismo: doy la cara a todos los problemas: es la mejor manera de permanecer peinado.”
ResponderEliminarLeopoldo Marechal, escritor argentino