El sexto álbum de Kathryn Kaye, "Reflejado en una corriente que fluye", es un poco diferente a sus lanzamientos anteriores en que su fondo clásico se hace más evidente. Lo que no ha cambiado es su tacto de terciopelo en las teclas del piano y el estilo de composición suave y sensible. Grabado en Imaginary Road Studios, producido por Will Ackerman, Tom Eaton y Kaye, y grabado, mezclado y masterizado por Eaton. Nacida en el sureste de Kentucky, Kaye empezó a tocar himnos, música folklórica y canciones para niños en el piano de su familia a la edad de cuatro años. "No hay razón para no bailar" recoge el ritmo y trae al maravilloso Charlie Bisharat en el violín.
“No habría creatividad sin la curiosidad que nos mueve y que nos pone pacientemente impacientes ante el mundo que no hicimos, al que acrecentamos con algo que hacemos.”
ResponderEliminarPaulo Freire, filósofo brasileño.
Este es el tercer trabajo que presentamos de Kathryn Kaye. Un piano aterciopelado con buen ritmo. Me gusta!